El grueso de la expedición mallorquina que asistirá al acto de canonización de Fray Juníper Serra partió ayer desde el aeropuerto de Son Sant Joan de Palma. En este grupo, estaban el obispo de Mallorca, Javier Salinas, el ex cónsul y comisionado del Año Juniperiano, Tummy Bestard, y una nutrida representación de petrers. En total, unos 60 mallorquines estarán presentes en los actos de mañana, a los que está previsto que asista el presidente del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat.

Antes de subir al avión, el obispo expresó a los medios su ilusión por los actos de mañana - "Será un día 'guapo", remarcó-, al tiempo que manifestó la importancia de que la delegación isleña esté presente en la canonización del Pare Serra. Un acto que, subrayó, "nos llena de alegría".

Salinas manifestó que la canonización marcará un hito en la influencia del mundo hispano en Estados Unidos. En este sentido, recordó que el Papa Francisco hará la ceremonia en castellano, lo que remarcará aún más, dijo, la dimensión hispana de la sociedad norteamericana.

Respecto a la vertiente humanista de Fray Juníper, el Obispo de Mallorca remarcó que este petrer universal destacó por anunciar el Evangelio, "poniéndose en el lugar del otro", sin mostrar en ningún momento "actitudes de rechazo". Cuando se le preguntó sobre los milagros que se le atribuyen a Serra en el proceso de canonización, Salinas respondió: "Su mejor milagro es su obra".

Calle Barracar

El conocido sacerdote de Palma Antoni Alzamora, rector de Santa Eulàlia, forma parte también de la expedición mallorquina. Ayer, momentos antes de tomar el vuelo, recordaba la especial conexión que ha tenido siempre con la obra del Pare Serra. De hecho, rememoró, nació en la misma calle que el evangelizador: la calle Barracar de Petra. "Yo nací en el número uno y la casa de Serra era el número seis", apuntó.

"Esto siempre me ha estimulado a sentirme muy cerca de él", declaró Alzamora, que consideró que la canonización puede ser un "revulsivo actual" para estimular la fe. Sobre la obra de Juníper Serra, el religioso destacó la gran preocupación que mostró siempre con los indígenas. "Una vez que estuve en California, me mostraron las rampas donde él enseñaba a limpiar pieles. La condición que ponía siempre para bautizar a alguien era darle una profesión a esa persona, un medio para vivir", manifestó.

En la expedición mallorquina, hay numerosos petrers que han querido apoyar a su ilustre vecino en su consagración al otro lado del Atlántico. Así lo exponía, por ejemplo, Maria Magdalena Font, quien destacó la gran relación del Pare Serra con la Mare de Déu de Bonany, de la que, dijo, se despidió cuando se fue a territorio americano. "Y a la primera niña que bautizó en esas tierras le puso el nombre de María de Bonany", detalló.

Otra de las feligresas que se desplaza desde Palma a Washington es Caterina, quien tras expresar su ilusión por el acto del miércoles, lanzó un deseo: "¡Ahora nos queda hacer hacer santo a Ramon Llull!".