¿Blindar o reconstruir?, esa es la cuestión. El pasado 4 de septiembre, desde las ocho hasta las ocho y media de la tarde, 50 litros de lluvia por metro cuadrado cayeron sobre Manacor, provocando un pequeño caos circulatorio e inundaciones puntuales en casas y edificios públicos. El auditorio tampoco se salvó y la puerta de entrada de los actores y trabajadores de administración, situada en la calle Tarragona, no pudo soportar la presión de más de un metro de agua acumulada en pendiente y cedió irremediablemente.
Las consecuencias se tradujeron en numerosos despachos anegados y material de oficina echado a perder, cristales sobre la entrada y puertas afectadas por la humedad. "Las alcantarillas de la calle no dieron abasto y la presión destrozó la puerta. El agua entró por los despachos y poco a poco se fue repartiendo hasta el sótano, donde bombas de extracción lograron achicar el agua", comenta uno de los encargados de volver a poner en orden el desastre. La rápida intervención de los bomberos evitó esos males mayores.
"Ahora tenemos dos opciones sobre la mesa", explica el concejal de Urbanismo, Joan Llodrà, "o instalamos una puerta blindada antipánico o hacemos crecer el desnivel de los 23 hasta los 63 centímetros mediante un muro para tener un margen más amplio", aún reconociendo que tanta lluvia en tan corto espacio de tiempo "es algo muy inusual", aunque posible.
Según otras fuentes municipales la opción que cobra más fuerza es la reestructuración de la entrada mediante la eliminación de los cinco escalones de bajada hasta la puerta, y la construcción de otra escalera en el lado oeste, con más escalones y una explanada. Todo ello reforzado además de un muro a lo largo del lateral del edificio; "es cierto que cambiaría la estéticapero es lo que daría una mayor seguridad", dicen.
Limpiadores y pintores se afanaban ayer en la recomposición de las estancias afectadas para que puedan ser utilizadas en la próxima Fira de Teatre de Manacor.
