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Seguridad ciudadana

De patrulla con la 'polizei'

Claudia Ernst, una policía originaria de Berlín, ha estado colaborando con la Guardia Civil de Artà en los núcleos turísticos durante los principales meses de verano

Llegan dos alemanes muy altos y, sorprendidos, preguntan, con sorna: "¿Oye, tú, qué haces aquí? ¿Estás de intercambio?". Ella les mira, con la cara seria. Y ellos se dan cuenta de que la broma no va a buen puerto. Contesta: "No, estoy de servicio". Ella es una alemana de Berlín, y viste toda de azul, porque es policía, y ése es su uniforme. Entonces, sonríe a los alemanes, que se quedan estupefactos.

Ésta es una de las anécdotas que cuenta Claudia Ernst, de 49 años, que ha estado durante julio y agosto colaborando con Guardia Civil de Artà, en el contexto del programa de intercambio europeo con ministerio del Interior, por el cual han llegado también este verano agentes británicos, italianos y franceses.

El día que habla con este diario patrulla con el guardia civil Paco Ledesma, que habla alemán, porque ha trabajado en hoteles en el norte de la isla. Ernst explica que, durante su estancia, ha hecho cosas de rutina, como controles de tráfico y patrullas en mercados, vigilando carteristas, por ejemplo.

Destaca que ha habido situaciones en las que era importante que ella hablase alemán, porque así podía ayudar mejor a sus compatriotas en apuros. Así sucedió con una chica alemana de 22 años, que denunció que la habían violado en un hotel en Cala Rajada. Fue con sus amigas al cuartel de la Guardia Civil. Una de ellas había hecho una foto de los tres chicos españoles que se habían metido en su habitación. También sacó una foto de la matrícula del coche por lo que fue fácil identificarlos, cuenta Ernst.

La policía alemana relata que, en este caso, fue muy importante para la chica que pudiese hacer la denuncia en su propio idioma y, sobre todo, que pudiese hablar con otra mujer. En la Guardia Civil de Artà, sólo hay cuatro mujeres en una plantilla de 60 agentes.

Ledesma relata que, en las patrullas diarias, ha sido muy útil la presencia de Ernst. Ayudó a calmar según qué situaciones sólo con su presencia, sobre todo con turistas incívicos. Por ejemplo, con alemanes que estaban orinando en la calle. Ella les dijo, en tono conminativo: "En Alemania esto tampoco se puede hacer".

Durante su estancia, la agente de Berlín no se encontró con grandes altercados. El Jefe de la Guardia Civil de Artà, Juan Doblas, explica que en verano hay peleas, pero normalmente nada fuerte a diferencia de otras zonas de la isla conocidas por sus excesos. Claudia Ernst dice que, cuando estaba de servicio, nunca ha vivido una pelea entre turistas. El único episodio muy conflictivo que presenció fue entre parejas que discutían. Una tuvo una pelea con su ex. La mujer sacó una acuchilló y le agredió. Allí, cuenta, vio en ese momento la mayor cantidad de sangre durante su estancia. En otro caso, un turista alemán pegó a su mujer. Le detuvieron. Tuvo que pasar todo el fin de semana en el calabozo.

Sobre la expectación mediática que causaron este verano los bobbies británicos patrullando en Magaluf y la abundancia de selfies de turistas con ellos, Claudia Ernst no se muesta muy conforme. En este sentido, explica cómo había turistas alemanes que querían hacerse fotos con ella. Ella respondía que no podía, porque estaba de servicio. Asegura que, aunque en un principio, había pedido que la destinasen a Lanzarote, tras su experiencia laboral en Mallorca está encantada y repetirá.

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