La concejalía de Medio Ambiente del ayuntamiento de Son Servera ha iniciado una campaña para controlar la población de palomas que viven y anidan en los muros del inacabado templo de s'Església Nova. En esta primera fase se han instalado en los pasillos de la parte alta del edificio, dos grandes jaulas trampa para capturar vivas a las aves.
Cada jaula tiene una paloma viva de cebo, además de comida y agua para alimentar a ésta y a las capturadas, ya que las jaulas controladas por los técnicos de Natura Parc, serán revisadas dos días a la semana.
Las palomas capturadas se destinarán a programas de conservación de la Fundación y el resto se entregaran a entidades benéficas. La numerosa población está provocando que se acumulen excrementos en muros, pasillos, ventanales y aforo de la edificación, en cantidades suficientes para deteriorar la construcción.
A lo largo de los 115 años de historia de la inacabada Església Nova de Son Servera, las palomas se han convertido en una auténtica pesadilla para su conservación. Los excrementos de los centenares de ejemplares que habitan e incluso anidan actualmente en los muros del templo, han causado verdaderos deterioros no solo en muros y paredes, sino también de la ornamentación de hierro. Por eso el consistorio serverí trabaja para encontrar una solución definitiva al problema, lo que en una segunda fase va a incluir la intervención de halcones peregrinos.
La Església Nova ha sido objeto de dos grandes reformas, una a principios de la década de los sesenta y otra en la década de los noventa. La primera a consecuencia del abandono, cuando las palomas ya anidaban en grandes bandadas. La reforma llegó a raíz de la creación del grupo folklórico Sa Revetla, que empezó a utilizar el lugar para interpretar bailes populares o representar escenas de la vida cotidiana de la payesía para vecinos y turistas. Treinta años después llegó la segunda y hasta hoy definitiva.
