Se le denomina como la procesión más típica de Mallorca por su gran ceremonia, por su tradición, y porque Santa Margalida al completo se transforma en una estampa de la payesía de hace casi 500 años rememorando la vida de Santa Catalina Thomas. La cita de ayer repitió el éxito de tantas otras precedentes.

Cabe destacar que cada año son más los chicos que quieren participar del grupo de diablos y, aunque el protocolo marca claramente que nunca serán más de 99, fuentes de la organización aseguraron que ayer se sobrepasó la cifra. Sin embargo, cabe destacar que ni siquiera más de 100 diablos lograron descomponer el aspecto ceremonioso y el gesto serio de Marta Perelló Gayà, la mujer que este año encarnó el papel de la Santa. Normalmente se trata de una joven que ronda los 20 años o poco más. Sin embargo, Marta no había tenido la suerte de salir en el sorteo de los últimos 15 años hasta que, por fin, este año le ha tocado.

Las jarras

Otro de los datos curiosos de la procesión de ayer es que se repartieron unas 1.800 jarras, elaboradas en un taller de alfarería de Pòrtol. Fuentes de la organización destacan que son tantas que estos días se encarga ya el pedido para el año próximo.

Muchas de estas jarras fueron hechas pedazos ayer a los pies de la Beata por uno de los cuatro diablos que se encargan de ´atormentarla´.

En la procesión participan un total de doce carrozas. Es un número cerrado a pesar de que, en ocasiones, se suprime alguna de ellas y se sustituye por una nueva. Todas las carrozas representan estampas de la vida de la Santa. Así ayer se vieron las carrozas: De la cuina de Son Gallard; Del Pou; Dels Segadors; De la Plaça del Mercat; del Didal; de la Flor de Mallorca; Dels Claustre, De la Cel·l; De Santa Catalina Màrtir; De les Virtuts; de la casa Natal y De la Glorificació.

De todas ellas, destacó, por su espectacularidad, la de la Flor de Mallorca: Se trata de una carroza elaborada con las flores que se llevaron el sábado a la ofrenda floral. Lució profusamente adornada de esparraguera y gladiolos blancos. Otra de las que destacaron fue la de Les Virtuts, prácticamente nueva pues se ha rediseñado por completo.

Una multitud de espectadores asistieron al desfile religioso, congregándose desde varias horas antes. Frente a la plaza de la Olivera se situó un palco desde donde las autoridades siguieron la mayor parte de la procesión. El alcalde, Martí Torres, acompañado por la presidenta del Govern, Francina Armengol, y otras autoridades, esperaron la llegada de la Beata y después se agregaron al desfile. Torres cedió la vara municipal a la presidenta que hizo el resto del recorrido con ella.

Elevada participación

Además de las diferentes figuras reliogiosas cabe destacar la participación de casi 1.500 personas ataviadas con el vestido tradicional payés. Estos son los que llevan las jarras que los diablos se encargan de robarles para romper a los pies de la Beata.

El Ayuntamiento de Santa Margalida habilitó autocares desde Can Picafort para facilitar la asistencia de turistas al evento.