Valldemossa tiene una toponimia oficial que se puede consultar en recursos de internet como Google Maps, en guías de viajeros o en callejeros que se venden en las librerías. Sin embargo, a nivel popular, a pie de calle, se manejan con frecuencia otros topónimos que no figuran en ninguna guía, pero que, dentro del pueblo, son igual de conocidos o más que los nombres oficiales.
Para garantizar la conservación de estos nombres de lugares y que no se pierdan con el paso de las generaciones, el equipo de gobierno -formado por La Valldemossa que Volem y Grup Independent de Valldemossa- ha iniciado la colocación de placas que recuerdan esa toponimia tradicional, según informó ayer a este diario el regidor de Comunicación, Marc Lladó (GiV). Lladó señaló que la iniciativa surge de una propuesta realizada el año pasado por un grupo de especialistas en toponimia.
Ceniza de los cartujos
Así, los vecinos y los visitantes pueden pasar ahora por una placa que señala El cendrer, que era el lugar donde, antiguamente, los cartujos arrojaban las cenizas. O El fossaret, que era la fosa común situada al lado de la parroquia de Sant Bartomeu. Otros nombres recuperados son los de Clot del Celler (una plaza pequeña donde se ubicaba el antiguo celler); El Porxo (en el edificio conocido como el Ajuntament Vell, donde iban los niños a jugar); y la Creu de Dalt y la Creu d'Abaix (dos cruces de piedra situadas en la parte alta y baja de la localidad).
La ´Creu d´Abaix´ está en la parte baja del pueblo.
El Ayuntamiento informa de que, en un futuro, se irán colocando placas con otros topónimos antiguos, como Sa Bandereta, Es Puig de sa Moneda o S'Abeurador, entre otros.
