Mucho público en la segunda Fira Nocturna de Maria de la Salut dedicada a la tomàtiga de ramellet. Hace algunos años que el municipio de Maria de la Salut apuesta por dar cabida en sus ferias veraniegas a las tradiciones locales, los oficios típicos de la zona y la artesanía.

Se pretende, de esta manera, incrementar y fomentar la actividad económica del pueblo y ampliarla a toda la zona del Pla. Con el fin de lograr estos objetivos, el ayuntamiento, en agosto, suele organizar anualmente dos ferias nocturnas de oficios tradicionales y artesanía. La primera tuvo lugar el 14 de agosto, y estuvo dedicada a las glosses y al mercado artesano.

En esta última, celebrada el pasado viernes, la protagonista indiscutible fue la tomàtiga de ramellet. Tampoco faltaron los tenderetes dedicados a los artesanos, el puesto de ventas de camisetas del Rock'n'Rostoll, el de la Segona Ona con sus deliciosos buñuelos y muchos puestos de niñas y niños del pueblo con diversos objetos y alimentos de todo tipo. Una novedad fue la exhibición de ajedrez que se podía observar en el palco situado en el centro de la plaza des Pou, organizada por Jeroni Bergas.

Según se explica en la web Varietatslocals.org, "la tomàtiga de ramellet es una variedad tradicional local mallorquina, fruto del trabajo de muchas generaciones, que tiene como característica principal su capacidad de conservación en fresco durante más de nueve meses colgadas en las vigas de las casas, sobre cañizos o dentro de cajones. Forma parte de la identidad del pueblo de Mallorca porque es la única variedad de tomate que permite el consumo durante el invierno, y se utiliza principalmente para hacer uno de los platos más típicos de la isla, el 'pa amb oli'. Esta variedad se cultiva desde siempre en huertos al aire libre, en asociación con otras variedades tradicionales".

Las semillas pasan de una generación a otra y se comenta que las mujeres han sido depositarias de esta sabiduría que renuevan y transmiten con los conocimientos que van adquiriendo con los años. En esta Fira se confeccionó un enfilall (ristra) de 14 metros de longitud, que fue la gran atracción del numeroso público asistente. Los interesados también pudieron aprender cómo se "enfilan" los tomates para formar una ristra. Entre los vendedores estaban por primera vez los dos alquimistas del pan, Joaquín y Stephane, de Manacor y Francia, respectivamente. Elaboran dos tipos de pan, uno con blat xeixa, con aceitunas, y otro con harina de trigo de Florencia y semillas de lino.