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Santa Eugènia

El insecticida más eficaz y con el vuelo más elegante

El centro de recuperación de especies salvajes ha registrado este año el mayor número de pollos de vencejo caídos del nido, de los que ha recuperado un 70%

Uno de los técnicos del COFIB sostiene en su mano a un individuo para que se observe la pequeña talla de estas aves. Pep Córcoles

Es un pequeño ser vivo que, de tan corriente en nuestro entorno, pasa desapercibido. Esta tan relacionado con el hombre que ya a olvidado otros hábitats y vive casi exclusivamente en el entorno de ciudades, pueblos y aldeas. Se trata del vencejo común (Apus apus), uno de los mejores aliados del hombre pues es un insecticida natural altamente eficaz. Como dato que refuerza la anterior afirmación cabe destacar que los pollos de vencejo consumen a diario unos 75 gramos de insectos, que traducido en moscas, polillas y mosquitos significa muchos invertebrados.

El Centro para la recuperación de la fauna salvaje (COFIB), organismo que depende del Govern de les Illes Balears y se encuentra ubicado en Santa Eugènia, ha recibido este año un total de 255 vencejos. De ellos, 33 eran adultos con algún traumatismo o que se habían metido en algún edificio por despiste, y 222 eran pollos caídos del nido.

El problema de los vencejos es que se trata de una especie que pasa toda su vida volando. Solo toma tierra para anidar, algo que hace bajo las tejas de los edificios. Sus piernas son muy cortas y sus alas muy largas. Una vez en el suelo es incapaz de volar. Los adultos sanos suelen encaramarse con sus fuertes garras a postes o fachadas y escalar hasta una altura suficiente como para lanzarse y remontar el vuelo, pero los pollos son incapaces.

Concienciación

Este ha sido el año en que el COFIB ha recogido más pollos. No obstante, en opinión de Nieves Negre, bióloga del COFIB, "la razón obedece probablemente a una mayor concienciación ciudadana más que a un aumento de los problemas de nidificación". Efectivamente, la totalidad de aves recuperadas se ha producido por la acción de alguna persona que se ha preocupado de entregarlas a alguna de las siete clínicas veterinarias, colaboradoras del COFIB, que actúan como centros de recogida dispersos.

Los pollos que se han recuperado este año han sido criados en las instalaciones de la institución. Se ha logrado salvar a un 70% de ellos; en total 152 individuos que han sido liberados ya en la naturaleza.

Cabe destacar que en el programa de cría han colaborado nueve voluntarios. No en vano, se necesitan manos para atender las cinco cebas diarias que requieren estos pollos. En el COFIB se les alimenta con gusanos de la harina, enriquecidos con calcio y vitaminas o con bolitas de carne mezclada con grillos.

Los vencejos pasan la mayor parte de su vida en el aire: comen, duermen y copulan volando. Únicamente se posan para poner los huevos, incubarlos y criar a sus polluelos. Permanecen en vuelo ininterrumpido durante casi todo el año. Las crías abandonan el nido una mañana volando súbitamente, sin necesidad de aprendizaje, y no retornan a él jamás. De noche, se elevan hasta los 2.000 metros de altura y duermen volando. Durante el sueño el aleteo se reduce de los diez movimientos por segundo a tan sólo siete. Debido a sus extraños hábitos aéreos, aún se desconocen muchísimas cosas de la vida de estas aves.

Viven en invierno en el sur de África y llegan a Europa en abril y mayo, marchándose muy pronto. Ahora ya están emigrando.

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