"Nosotros somos un municipio sin playa y esta es una gran oportunidad para obtener ingresos y para que las empresas de la zona salgan beneficiadas tanto a corto como a largo plazo", afirma el nuevo alcalde de Petra, Salvador Femenías (El Pi), refiriéndose a los terrenos de Son Dalmau, donde ahora el pacto que preside junto al PP quiere reactivar y consolidar el polígono industrial, tras varias historias tan raras como fallidas.
Los terrenos, divididos en cuatro lotes y situados a unos dos kilómetros del pueblo en dirección Manacor, pertenecen desde 1991 al Govern, que se los compró en su mayoría (100.000 metros cuadrados) al exalcalde Martí Santandreu (Agrupació d'Agricultors) para recalificarlos de rústicos a industriales, en previsión de instalar una gran fábrica de bombillas japonesas, un negocio sospechoso que acabó por frustrar todo el polígono industrial, abandonado desde entonces.
Volver a empezar
De hecho aún a día de hoy no cuenta con la dotación de servicios de agua o electricidad, ni por supuesto hay vías marcadas o asfaltadas o separación de solares. "Es cierto que queda mucho trabajo por hacer y que quizá los cuatro años de legislatura no sean suficientes para verlo en funcionamiento, pero hay que empezar con los trámites para que se convierta en realidad", expresa Femenías, quien ya intentó reactivar la zona cuando era representante del Partido Popular local durante la legislatura 2003-2007.
Aunque sin actividad, Petra cuenta ya con un polígono gestionado por Gestur cerca del cementerio municipal; "es un área de servicios, un micropolígono muerto. De lo que nosotros estamos hablando ahora es de que, ya que finalmente Son Dalmau seguirá siendo suelo industrial, debemos hacer lo posible para que todas las empresas petreres diseminadas en las afueras puedan concurrir en un espacio común, donde también otras de municipios cercanos puedan encontrar su sitio".
La historia de Son Dalmau es peculiar. Después de que la empresa Phoenix Electrics CO dejara plantado al Govern Cañellas, el polígono trató de ser vendido sin éxito en 2011 por el Pacte de Progrés. El Govern pidió entonces nueve euros por cada metro cuadrado, lo que hubiera supuesto prácticamente igualar lo que Cañellas pagó veinte años atrás (si bien entonces pagó a precio de industrial lo que aún era rústico).
El ocho de noviembre de 2012 el Institut de Desenvolupament Industrial (IDI) publicaba las bases del procedimiento abierto para la venta por subasta de cuatro grupos de solares. La hasta junio alcaldesa de Petra, Caterina Mas (PSM), decidió pujar por el primer lote dada la proximidad de esas tierras con su residencia. Lo hizo de manera particular. De hecho fue la única que se interesó por pagar los 149.270 euros que pedía el Govern, a razón de cinco euros el metro cuadrado.
Meses después y cerrado el procedimiento, le informaron de que los terrenos eran suyos, por lo que incluso llegó a pedir un crédito para pagarlos. Al cabo de quince días de nuevo una llamada del IDI volvía a cambiar el panorama. El ejecutivo decidió rectificar y denegarle el derecho de compra, ante el temor de que la alcaldesa se pudiera servir de su cargo para que Son Dalmau fuera de nuevo industrial y aumentara su valor.
"De hecho el Ayuntamiento inició la recalificación de los terrenos a rústicos, pero nunca han sido ratificados de nuevo como tal, por lo que nunca han dejado de ser suelo industrial", explica Femenías. Este pasado mes de junio la sala cuarta de la Audiencia de Palma daba la razón al Govern, que nuevamente tiene las tierras a su disposición.
