El ayuntamiento de Son Servera decidió iniciar estos días una campaña para alejar de Cala Millor a las muchas palomas torcaces que habitan en los grandes pinos de la zona centro. Según informa el consistorio, debido a las constantes molestias y problemas de salubridad que ocasionan a los vecinos afectados.

Para ello, y con la ayuda de técnicos de Natura Parc, ya se han llevado a cabo una serie de actuaciones consistentes en hacer explotar potentes petardos a nivel de suelo. El inconveniente es que debe ser en horario crepuscular, entre las 21 y las 22,30. Tras una semana de 'tratamiento' apenas hay palomas en los pinos petardeados.

Pero las detonaciones nocturnas también tienen sus detractores y cada noche que se ha realizado ha habido quejas vecinales de toda índole. Durante la tercera una vecina sale al balcón de un primer piso sobresaltada por las explosiones anteriores. Al comprobar que otra vez el técnico pretendía lanzar más petardos, a gritos le advierte: "Si tiras el petardo, te envío el tiesto". El hombre intenta explicarle el motivo de la actividad mientras ésta sigue gritándole lo mismo. Al técnico no le queda más remedio que solicitar la presencia del policía local que les acompaña en su ruta.

La vecina, maceta en mano, insiste: "Me da igual si viene la Policía. Si tiras el petardo te lanzo el tiesto, tu sabrás". El agente, cuando ve que intenta dialogar y explicar los hechos a la vecina sin conseguir nada, desiste y todos abandonan la zona ante el riesgo evidente que corría la integridad del técnico.

Comentarios jocosos

Pocos metros más abajo otros vecinos sí que aplauden la medida y así se lo hacen saber a la comitiva. En un tono distendido y amigable, alguien que conoce la actuación, exclama: "¿No son ustedes mayorcitos para ir jugando con petardos?". La intervención también afecta a vecinos que no se han percatado de que se realice esta actividad, estos son, quienes en los primeros días de campaña provocan las anécdotas más desenfadadas de la noche.

En la zona de la calle de s'Estepar, una pareja se asoma para ver quién era el causante de lo que creían una gamberrada. Al ver a los dos técnicos con el policía se quedan tranquilos y manifiestan:, "¡Ah!, la policía ya ha detenido a los dos gamberros que tiran petardos".

En la misma zona tras el sobresalto de una explosión, una vecina le dice al técnico: "El próximo ya sabes donde metértelo". La ruta establecida para las detonaciones pilla por sorpresa a una señora asiática que camina de la mano de dos niñas. Tras el petardazo inicia un dialogo con el técnico, quien, a pesar de no entender el idioma, puede adivinar perfectamente lo que le están diciendo.

Ante tanto petardo a los intrépidos trabajadores empiezan a salirles imitadores y comienzan a oírse otros en la lejanía, no para asustar a las palomas, sino supuestamente de quienes se suman a la fiesta. A algunos afectados, ni les va ni les viene la campaña, solo les importa cómo les afecta en casa. Como una señora que tras lograr dormir a su bebé, vocifera visiblemente enfadada tras otra explosión controlada.

El consistorio afirma en un comunicado que este tipo de intervención sobre esta especie de paloma no protegida, no supone ningún tipo de peligro ni para ella ni para personas, mobiliario urbano o vehículos. La campaña ha cumplido su objetivo principal que era el de espantar a los tudons de los pinos de Cala Millor. Aunque algunos vecinos, los que han padecido los daños colaterales, seguro que pensarán que en este caso, el fin no puede justificar los medios.