La campaña de excavación que un grupo de técnicos y voluntarios ha llevado a cabo durante los últimos quince días en la cueva del Camp del Bisbe de Sencelles ha concluido este año con un hallazgo inesperado que constituye el sueño de cualquier arqueólogo: la aparición de dos nuevas cavidades hasta ahora desconocidas situadas justo al lado de la cueva ya explorada y que además se encuentran totalmente precintadas por piedras gruesas que garantizan la 'virginidad' de las cavidades prehistóricas. Es decir, los arqueólogos podrán analizar un espacio en el que nadie ha entrado desde hace miles de años.

Beatriu Palomar, codirectora de la excavación junto a Lua Valenzuela, explicó ayer que, en un principio, la campaña de este año tenía el objetivo de excavar bien la cueva ya conocida y recuperar la entrada prehistórica de la cavidad, que data de la época naviforme (1.400-1.200 AC), para devolverla a su aspecto original. "La sorpresa surgió cuando descubrimos una entrada nueva que estaba tapada por piedras; se trataba de dos galerías conectadas por un arco artificial trabajado por los prehistóricos que son muy interesantes porque están totalmente colmatadas por piedras de gran tamaño, lo que es muy bueno porque el depósito arqueológico está conservado", apuntó.

El equipo de arqueólogos cree que estas nuevas galerías también tuvieron un uso funerario, aunque todavía es una incógnita lo que se encontrará en el interior. "Por ahora solo hemos encontrado restos cerámicos y huesos humanos", explican. Las nuevas salas ocupan superficies aproximadas de 30 y 20 metros cuadrados y en una de ellas hay un pequeño túnel que "no sabemos a donde conduce". Se sabrá el año que viene, con la ayuda de espeleólogos. Para conservar el hallazgo y evitar expolios, el equipo dejará las cuevas totalmente selladas con un doble muro de piedras.

Desde que se iniciaron las campañas de excavación en la cueva del Camp del Bisbe hace tres años, los hallazgos han sido muy interesantes. En la única cueva que hasta la fecha se conocía se encontraron restos funerarios y también muchos kilos de semillas carbonizadas de trigo y habas, ya que la cueva se usó como despensa en la época talayótica.