"Hace dos meses que no cobro mi sueldo y años que no me pagan el kilometraje. En los más 30 años que hace que trabajo en UGT, nunca he pasado dietas por comida ni he tenido vacaciones para no desatender en verano a la gente que viene a la sede... ¿y así me lo pagan?; he dicho ¡hasta aquí, yo me encierro dentro hasta que haya una solución!. Ahora me traen un saco y también me quedo a dormir". Son las reflexiones en voz alta del delegado comarcal del sindicato UGT para Llevant, Migjorn y municipios del Pla, Guillem Vadell, harto de la situación "a la que me tiene sometido la dirección, la gestora que en estos momentos dirige el sindicato a nivel autonómico".

Vadell les acusa de "un asedio constante para que renuncie a mi puesto por presión y me vaya a casa cobrando solo el paro y no la indemnización que me correspondería, si lo que quieren es echarme y cerrar definitivamente la sede de Manacor". Hace apenas un año en la delegación trabajaban cuatro personas, "ahora solo quedo yo, con lo que no puedo salir a realizar ninguna gestión ni resolver problemas fuera de aquí".

Dentro, en el local que UGT le tiene alquilado a la asociación de la tercera edad Verge de Lluc, ya no quedan ni folios, ni impresos para afiliaciones, ni tan siquiera papel higiénico. No funcionan ni la fotocopiadora ni la impresora, no hay tóner, los extintores llevan meses caducados sin haber pasado una inspección y "hace siete u ocho meses que no hay servicio de limpieza. Me dicen que no hay dinero, que si quiero documentación la pida por fax".

Desde 1985 en Manacor

Mientras tanto, apenas pisa el que desde 1985, cuando UGT abrió en Manacor, ha sido su despacho: "las humedades han invadido las paredes y el falso techo se cae", dice mientras lo señala, "yo no pienso trabajar bajo esta mesa, es peligroso". Lo hace en la zona común, donde atiende a los afiliados que van llegando. Desde Artà a la Colònia de Sant Jordi no hay otra sede más cerca, después de que hace dos años los recortes internos del sindicato cerraran la de Felanitx "sin previo aviso".

Actualmente la Unión General de Trabajadores gestionada desde Manacor mantiene a entre 500 y 600 delegados sindicales en más del 80% de las empresas de la zona "unos 200 más que CC OO", según explica Vadell, y tiene "aproximadamente unos 2.500 afiliados".

"Esto es un claro caso de mobbing, con presiones de todo tipo y llamadas continuadas de los abogados de UGT, diciéndome que hay una afiliada que se ha quejado de mi, que pague yo la factura del aire acondicionado y otras excusas... ¡pero si en el baño no hay ni jabón y la toalla tengo que limpiarla yo mismo!". Un triste final para quien trabaja para UGT desde 1976 y dentro de tres meses cumple los 65 años.

Vadell no es una excepción

Por su parte la gestora que se encarga de UGT Balears desde que dimitiera el anterior secretario general, explica que el caso de Vadell no es una excepción dentro de los problemas sufridos por el resto de la plantilla se le está tratando igual que a todos los empleados del sindicato en las islas, y le pide un poco paciencia porque no hay liquidez. Admiten que todavía no se ha podido pagar el mes de abril y se están haciendo las gestiones pertinentes para intentar pagar los atrasos antes de que termine el mes de mayo.

"Nos quieren aplicar a los empleados de la casa lo mismo que les están haciendo a los trabajadores y que nosotros hemos denunciado tantas veces. No son coherentes. Ahora tienen dinero para pagar despidos de otros trabajadores pero a mi me quieren ahogar", se defiende Vadell.