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Comarcas

El Govern prohibirá a los particulares colocar trampas con feromonas contra el picudo rojo

La conselleria declara de utilidad pública la lucha contra la plaga de las palmeras debido a su virulencia y porque "puede causar graves pérdidas económicas"

Un operario poda el tronco de una palmera afectada por el picudo rojo. g. bosch

La conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio del Govern ha emitido una orden para calificar de utilidad pública la lucha contra el picudo rojo como respuesta al peligroso avance de la plaga que ataca a las palmeras de la isla. La medida, que anula las anteriores resoluciones del ejecutivo, incluye una serie de pautas obligatorias para propietarios de árboles afectados y vendedores de especies sensibles entre las que figura la prohibición de utilizar trampas con feromonas, uno de los sistemas que hasta la fecha se consideraban más efectivos contra el escarabajo. El motivo, según explica Andreu Juan, jefe del servicio de Agricultura del Govern, es que este tipo de medidas "actúan como atracción de la plaga, ya que no todos los insectos caen en la trampa".

La orden firmada por el conseller Biel Company ya ha pasado la fase de exposición pública y su aplicación solo está pendiente de un informe del Consell Consultiu. La declaración de utilidad pública de la lucha contra la plaga es una consecuencia de la "expansión" del picudo rojo en las islas, donde "ya está presente en todos los municipios". El motivo de esta iniciativa es que "los niveles de población y difusión de la plaga muestran un ritmo creciente que hacen prever la posibilidad de alcanzar extensiones importantes y ser causa de graves pérdidas económicas en las islas".

Medidas fitosanitarias

La declaración de utilidad pública implica que todo el territorio insular de Balears se considere como zona demarcada, término utilizado para referirse a las zonas infestadas por la plaga y los territorios que conforman el entorno de estos espacios más afectados.

En la práctica, la medida del Govern obligará a los productores, comerciantes e importadores de plantas sensibles a aplicar una serie de medidas fitosanitarias novedosas hasta la fecha como las de estar inscritos en el registro oficial de productores de vegetales, identificar las plantaciones de palmeras sensibles a la plaga, mantener en un buen estado fitosanitario las plantas más susceptibles, facilitar el acceso libre a sus instalaciones al personal que designen las autoridades fitosanitarias y elaborar trabajos de campo en soporte informático para anotar todos los traslados de plantas sensibles y los tratamientos a las que se han sometido, además de conservar los pasaportes fitosanitarios de las plantas durante al menos dos años, entre otras medidas de prevención.

Asimismo, los comerciantes de plantas sensibles deberán justificar que durante un periodo mínimo de dos años los vegetales que venden han sido sometidos a tratamientos preventivos contra la plaga, así como ofrecer información adecuada a los compradores sobre la protección que requieren las plantas.

La orden del Govern también marca las pautas que deberán seguir los importadores de palmeras y otras plantas sensibles a la plaga del picudo rojo. Deberán solicitar autorización a las autoridades al menos quince días antes del transporte, indicando la especie y el número de ejemplares, así como sus características físicas. Las plantas solo podrán ubicarse en parcelas previamente autorizadas por las autoridades.

Medidas dirigidas a particulares

Las personas o entidades públicas o privadas que tengan en propiedad plantas sensibles a la plaga deberán cumplir una serie de obligaciones si no quieren enfrentarse a importantes sanciones. Así, deberán notificar a las autoridades fitosanitarias la aparición de síntomas del ataque del picudo rojo y permitir el acceso a sus propiedades de las personas autorizadas por la Conselleria para realizar prospecciones.

Además de cumplir a rajatabla todas las medidas fitosanitarias autorizadas, deberán contratar a empresas especializadas para realizar podas y sanear las palmeras. Tampoco podrán sembrar nuevas plantaciones en las áreas de erradicación de la plaga, donde el nivel de incidencia todavía es bajo. La colocación de trampas con feromonas queda totalmente prohibida en estos espacios y solo podrán llevarse a cabo por parte de las autoridades fitosanitarias para capturar a ejemplares adultos. También deberán destruir cualquier forma viva del insecto.

La medida implica también a las empresas de jardinería y establece las bases para la colaboración intermunicipal en la erradicación de la plaga. Hasta la fecha, el Govern solo había declarado de utilidad pública la lucha contra las plagas de la mosca de la fruta y la mosca del olivo.

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