Después de haber bloqueado la reforma de la fachada de la parroquia de Santa Maria de Sineu durante un largo periodo de tres años, finalmente el departamento de Patrimonio del Consell de Mallorca ha dado el visto bueno a una actuación que se ha convertido en urgente debido al mal estado que presenta la piedra de ´marès´ de la fachada principal del templo, levantado en el siglo XIII y declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) en 2003.

Después de un largo periodo de tiras y aflojas entre el obispado y los técnicos de Patrimonio, este departamento ha informado de forma favorable el expediente con una serie de prescripciones que deberán cumplirse para acometer la esperada reforma.

Las prescripciones

El Consell obliga a notificar el inicio de las obras y llevará a cabo un seguimiento periódico del proceso de intervención, que solo podrá ser desarrollado por conservadores titulados. Antes de ejecutar la obra deberán realizarse estudios para mejorar y frenar las entradas de agua al edificio religioso. Asimismo, deberán utilizarse productos a base de cal, material más compatible con las piedras existentes en la fachada. Patrimonio obliga también a la dirección de la obra a limpiar la fachada y las molduras del portal del templo y a entregar un informe que contemple una relación de las catas realizadas y los métodos seguidos.

Una vez finalizada la intervención, deberá entregarse a la dirección insular de Cultura y Patrimonio un informe donde se describan todas las actuaciones llevadas a cabo, los tratamientos y los materiales utilizados, además de una completa documentación fotográfica y la ficha técnica de cada uno de los productos que se apliquen sobre el conjunto.

La autorización de las obras de reforma se ha producido tras un largo periodo de tiempo. La parroquia espera el permiso de obras desde el año 2012, tiempo en el que Patrimonio ha considerado insuficientes los diferentes informes y catas realizados sobre la fachada de la parroquia. Desde hace varios años, un gran andamio de color verde cubre la totalidad de la cara principal del templo gótico, y el actual rector Guillem Feliu llegó a plantearse la posibilidad de retirarlo y destinar el dinero de la reforma a otras obras.

La actuación contemplará también la reforma de la rectoría, que en los últimos años se ha deteriorado considerablemente.