Una plataforma de defensa de los animales solicita la prohibición de las calesas tiradas por caballos en el municipio de Alcúdia. La petición, dirigida directamente a la alcaldesa Coloma Terrasa apela a la necesidad de suprimir cualquier medio de transporte en el que los animales estén implicados e implantar, en su lugar, coches de época.
Y es que después del incidente acontecido en Palma la semana anterior, en el que un caballo se cayó frente a la catedral de Palma, conmocionando a los transeúntes, ha sembrado la polémica en cualquier municipio en el que las calesas sean una tradición.
La petición ha alcanzado, en solo siete días, tres mil trescientos firmantes a través de internet que, en sus comentarios, se apoyan en el maltrato animal para solicitar la prohibición de los paseos en coche de caballo aunque sean una tradición en el municipio turístico.
En concreto, las razones que aportan para alzarse en contra de los caleseros son "las horas de trabajo abusivas" o "la falta de cuidados que reciben los animales por parte de sus dueños". Otros, sin embargo, recuerdan el hecho de que "muchas familias obtienen su sustento a partir del servicio de calesas y no se trata de prohibir indiscriminadamente, sino de revisar las condiciones y regular la normativa que rige este tipo de trabajos".
Malestar en el sector
Por su parte, los conductores de los coches de caballos de Alcúdia acogen la noticia con cierta indignación. En primer lugar, alegan que las imágenes adjuntadas en la plataforma de recogida de firmas, en las que puede verse a un caballo con los pies atados, no sólo no han sido tomadas en Alcúdia, sino que tampoco se corresponden con la realidad de su trabajo en el municipio. "A menudo, ver las situaciones desde fuera resulta muy fácil, pero no lo es tanto acercarse a comprender nuestro día a día", afirman.
En Alcúdia, según explican, cada carro trabaja en temporada alta con cinco caballos, dando un descanso de día y medio a cada uno de ellos. Así, cada animal trabaja menos de seis horas seguidas en un mismo día, un intervalo que se minimiza aún más los días de mercado en los meses álgidos de la temporada. De igual modo, en los primeros y últimos meses del verano, como mayo, abril o septiembre, los caballos solamente trabajan desde las diez de la mañana hasta las dos o tres de la tarde.
Además, cuentan con un seguro de accidente y revisiones veterinarias periódicas, así como sombra en todas las paradas de su recorrido y bebederos automáticos en Ciudad Blanca y Palm Garden.
Bebederos
De hecho, ahora mismo se encuentran preparando la temporada turística y, para ello, solicitarán al ayuntamiento permiso para instalar bebederos en el resto de paradas del recorrido, unas instalaciones que pagará la agrupación de carruajes de Alcúdia. Al mismo tiempo, implantarán un uniforme para el conductor de cara a la próxima temporada turística, a fin de "ofrecer una mejor imagen al cliente".
En invierno, cuando el servicio de calesas está inactivo, los animales viven en semilibertad en una finca de unos 5.000 metros cuadrados, donde engordan y se fortalecen para la temporada turística.
