El ayuntamiento de Manacor tiene previsto limitar el acceso de vehículos a Cala Varques para no saturar una de las playas vírgenes más significativas del litoral del Llevant, amenazada durante los últimos años por una creciente masificación que está poniendo en serio peligro su equilibrio ambiental. Por ello, precisamente la concejalía local de Medio Ambiente, ha decidido tomar cartas en el asunto, y prohibir el estacionamiento de coches a ambos lados del camino que lleva al arenal, una senda de 1,4 kilómetros de longitud, ya de por si estrecha y que durante los meses de verano podía llegar a albergar más de 300 utilitarios.

Del mismo modo el consistorio manacorí pretende ir un poco más allá y solicitar también al Govern que limite los fondeos cercanos a la cala, a fin de controlar el números de embarcaciones que tiran el ancha cada día en Cala Varques, y sobre todo para poder proteger el manto de posidonia cercano, en riesgo de desaparición por el continuo paso de barcos turísticos y de recreo.

Fue el regidor de Esquerra en el Ayuntamiento, Joan Llodrà, quien ayer solicitó al equipo de gobierno una "actuación valiente" para acabar con la masificación tanto de vehículos como de personas que sufre la que hasta hace una década era una playa prácticamente desconocida turísticamente hablando. "Creo que hay que ir un poco más allá del simple hecho de no dejar aparcar a ambos lados del camino, y estudiar cuál es la huella humana que Cala Varques puede llegar a soportar. Y si por ejemplo es de cien personas, no dejar pasar más que a veinte coches. De lo contrario vamos a acabar con ella".

Para el edil de Medio Ambiente, Bernat Amer, la medida que el consistorio tiene en mente para este mismo verano, es un primer paso para evitar el colapso pero "somos conscientes de que es una medida que debe ir acompañada de un plan más amplio", en referencia a las negociaciones que se están llevando a cabo durante los últimos años con los propietarios de las fincas de acceso a Cala Varques, para poder habilitar tanto un párking en condiciones y estructurado, como un camino alternativo más amplio y asfaltado que sirviera para efectivos de seguridad y ambulancias en casos de evacuación (en estos momentos solo posible por agua o helicóptero).

"Queremos que la Conselleria proteja Cala Varques como se está haciendo en Capdepera o Pollença, para que los fondeos se organicen mediante balizas y los barcos no puedan llegar hasta la arena", señala Amer. "Está claro que somos los primeros que queremos arreglar el problema para que no vaya a más, pero tampoco somos competentes para determinar cuánta gente queremos en la playa". El regidor también ha reclamado un mayor número de efectivos de la Policía Local para que al menos la medida de contención pueda ser efectiva.

Cala Varques ha sido desde hace décadas fuente de discusiones y problemas. En los años 90, problemas con los propietarios de las fincas por donde pasa la senda a pie que permite llegar hasta la arena, hizo que incluso llegaran a quemarse coches. Más tarde hubo problemas con vacas, zonas de acampadas ilegales, masajistas y venta de alimentos y refrescos sin permisos o la ocupación de sus cuevas naturales.