La localidad de Sencelles celebró ayer el día grande de la fiesta de la Beata Francinaina Cirer en el día que se cumplía el 160 aniversario de su muerte. A pesar de lo inapacible del tiempo, los devotos de la Beata celebraron cálidamente su día.

Las celebraciones, eminentemente religiosas, empezaron a las 10 horas con una misa. A partir de las 11 horas de la mañana los participantes en la procesión y ofrenda floral se concentraron en la plaza de Can Bril para formar una comitiva que continuó hacia al monumento que la Beata tiene erigido en la plaza de España de la población. Niños y mayores se vistieron de payeses, como marca la tradición, para desfilar por algunas calles del pueblo con sus ramos de flores.

El discurso anual de bienvenida, en esta ocasión, fue pronunciado por la religiosa sor Antònia Campaner, una monja originaria de Sencelles que ha pasado largos años en Burundi.

Al finalizar el acto, los presentes fueron obsequiados con las galletas dulces de la Beata, los llamados senyorets.

Por la tarde, en el polideportivo municipal, los más pequeños pudieron disfrutar con una actividades de juegos infantiles organizadas por el Ayuntamiento.

Durante todo el día se celebró una jornada de solidaridad a favor de las misiones que la congregación de las Hermanas de la Caridad sustenta en países del llamado tercer mundo.

Los actos festivos en honor de la Beata Francinaina Cirer se prolongarán durante todo el fin de semana.

Para hoy, sábado, a las 11 horas está prevista la celebración de la tercera edición de la carrera solidaria que une el Convento de la Caridad de Sencelles con la finca de s´Arissal, donde la beata tenía su caseta de higueral.

Para el domingo, a las 9 horas está programado un paseo fotográfico por las calles de Sencelles. Los actos concluirán con un concierto a cargo de Maria del Mar Bonet en la iglesia parroquial, a las 19 horas.