La Fiscalía pide un año de cárcel para cada uno de los jóvenes detenidos el 28 de mayo de 2012 en Bunyola durante la protesta contra la visita de José Ramón Bauzá al pueblo.

El ministerio fiscal acusa a los jóvenes de un delito de "desobediencia grave" y de incitar a la violencia y arremeter contra un convoy de la Guardia Civil. Las detenciones se produjeron cerca de la estación del tren, después de que un grupo de manifestantes se dirigiese allí tras la concentración de más de 400 personas en la plaza.

Según el relato de la Fiscalía, el convoy de la Guardia Civil se dirigía hacia el restaurante donde debía encontrarse con Bauzá cuando, al pasar por Bunyola, se topó con la concentración que les impidió el paso a la altura de la plaza de la iglesia y comenzó a insultar a los agentes. El ministerio público asegura en su escrito que después de que el convoy avanzara a paso de peatón, fue de nuevo interrumpido cerca de la estación por "una masa de unas 60 personas que cortaron la vía". El fiscal acusa a los cuatro detenidos de llevar la iniciativa de la protesta y de haber incitado a los concentrados a no abandonar el lugar, a pesar de las solicitudes de los agentes. Según la versión de la Fiscalía, los guardias civiles apartaron a uno de los manifestantes que se resistió mediante patadas y mordió a un agente en un antebrazo, algo que el joven negó. Además de un año de cárcel, a este acusado se le atribuye también una falta de lesiones por la que pideuna multa de 600 euros.

Los jóvenes siempre han negado todas las acusaciones y lamentaron el trato que les infligieron los agentes que les arrestaron.