El abandono de animales de compañía es una problemática a la que deben enfrentarse muchos ayuntamientos. El de Son Servera, aunque no escape del dilema, sí que desde hace unos años ha dado con una fórmula de buenos resultados: Los denominados padrinos de vuelo, o lo que es lo mismo, un eficaz sistema para tramitar la adopción fuera.
Se trata de turistas que viajan a Mallorca y comunican a la asociación encargada de la perrera los días que viajarán de vuelta a su país, por si hubiere algún animal que transportar para su adopción. En caso afirmativo la protectora tramita la documentación necesaria y paga los transportines para que puedan viajar, no sin antes acompañarles hasta el aeropuerto de Palma. Al llegar, miembros coordinados de otra protectora les estarán esperando.
Esta historia comienza hace unos años, cuando técnicos del consistorio serverí proponen gestionar la perrera municipal mediante un convenio con una asociación protectora de animales. Primero, en 2011, con la Asociación Baldea y un año después con la Protectora de Animales de Capdepera, se pone en marcha el proyecto. En un terreno de propiedad municipal se construyen unas perreras con un gran patio, que sirve de albergue para los canes abandonados o que son recuperados por la Policía Local.
Así, hasta octubre de 2014, de los 72 canes que han llegado, 35 han sido dados en adopción y 19 recuperados por sus dueños. Si miramos las cifras del año anterior, en 2013, de los 82 perros que entraron, 51 fueron adoptados. El trabajo altruista de los once voluntarios y la concienciación ciudadana, aunque mayoritariamente sea alemana, es la que permite que muchos de los animales abandonados puedan seguir su vida con otros dueños adoptivos.
En la perrera de Son Servera se tramitan dos tipos de adopciones: una de ámbito nacional y otra internacional, según explica la coordinadora de la perrera, Elsa De Opazo: "se producen muchas más adopciones fuera de nuestro país, principalmente en Alemania, que nacionales. La gente de aquí cuando acude a la perrera suele ser para interesarse por un cachorro o por una raza que esté de moda. Cuando le explicamos que tiene que realizar un donativo para sufragar los gastos de la manutención y cuidado veterinario del animal que se va a adoptar, la gente no lo concibe, de aquí que la mayoría se vayan a Alemania", manifiesta.
