Una caminata encabezada por el president José Ramón Bauzá inauguró ayer oficialmente la Via Verda de 29 kilómetros que une Manacor y Artà y que puede ser utilizada por senderistas y ciclistas. El itinerario sigue el camino trazado por las obras de la línea ferroviaria que debían enlazar ambas localidades, pero que, en esta legislatura, quedaron paralizadas.
El recuerdo del tren estuvo ayer bien presente entre las autoridades municipales de la comarca, firmes partidarias del proyecto de tren. Así lo transmitió, por ejemplo, la primera teniente de alcalde de Manacor, Catalina Riera, quien sustituyó en el acto al alcalde Antoni Pastor. Riera remarcó que el Consistorio sigue defendiendo la ampliación del tren en la comarca.
El alcalde de Artà, Tolo Gili (PI), declinó asistir al acto inaugural de ayer en señal de protesta por el hecho de que la reforma de la estación ferroviaria del centro del pueblo esté aún a medio hacer. Una reivindicación parecida expresó el alcalde de Son Servera, Toni Servera (Independents), ausente en el acto al coincidir con una prueba deportiva. Servera pidió, a su vez, que arreglen los desperfectos de la estación del municipio.
La caminata arrancó por la mañana desde la estación de tren de Sant Llorenç. Desde ahí, la representación institucional, acompañada por vecinos de la zona, partió en dirección a Son Carrió a través de la Via Verda, un proyecto que ha supuesto una inversión de 4,2 millones de euros.
"Hemos transformado un problema en una solución", declaró a los medios el president Bauzá, en alusión implícita al hecho de que el estado de abandono en que quedó la zona al pararse las obras generó quejas ciudadanas. En una nota de prensa posterior, el Govern señaló que "no renuncia a un futuro trazado ferroviario".
La Via Verda dispone de seis zonas de descanso (con bancos y mesas), zonas ajardinadas y sitios para aparcar bicis. En el corredor, se han plantado 4.800 árboles y se han recuperado 26.000 metros de zonas boscosas, según el Govern.
