En la finca pública de Galatzó, en es Capdellà, ya no se oyen los disparos de los cazadores. El coto municipal no se ha reabierto este año, lo que ha originado las quejas de este colectivo, que aglutina unos 400 miembros con licencia, según fuentes del sector. La práctica cinegética en la emblemática possessió se introdujo en la legislatura 2003-2007, dirigida por el alcalde Carlos Delgado, pero sufrió un frenazo durante el primer tramo del mandato de Manu Onieva. Los cazadores lamentan que se les prive del único coto público del término.

El año pasado, el sector ya protestó por el cierre, e incluso PI de Calvià llegó a registrar una solicitud en el Ayuntamiento por la cual solicitaba que, "a la mayor brevedad posible", se pudiese volver a utilizar el coto de la finca de Galatzó.

Año pasado

En noviembre de 2013, el Ayuntamiento anunció que lo reabriría con unos horarios diferentes a los de la legislatura precedente. Así, la actividad se permitía en la zona denominada sa Font Nova. Según informó el Consistorio en aquel entonces, no se autorizaba la práctica cinegética durante toda la semana, sino únicamente los martes y los jueves, desde las 8.30 a las 14 horas. Este horario era diferente del que se puso en vigor en la legislatura anterior, cuando era posible la actividad cinegética durante tres días a la semana en horario diurno, entre las 9 y las 13 horas.

El coto público se reabrió el pasado mes de noviembre con la intención de que estuviese en funcionamiento hasta febrero de 2014. Únicamente, podían desarrollar su actividad los cazadores que acreditasen su empadronamiento en el municipio, en un área señalizada con placas verdes, que sumaba una extensión de 130 hectáreas. Los cazadores, sin embargo, se han encontrado con que, con el inicio de la nueva temporada de caza, el coto está nuevamente cerrado. "Cuando llamamos al Ayuntamiento, nos dicen que no lo van a abrir", comentaba ayer un cazador, que lamentó que la finca de Galatzó haya perdido este tipo de usos.

Opiniones del sector

"El coto era bastante utilizado. Cada día en que se podía ir a cazar, íbamos siete u ocho cazadores. Nos íbamos turnando, y así podíamos llegar a tener hasta 8 días de caza al año en Galatzó cada uno", agregó.

En Galatzó se practicaba exclusivamente la caza menor: conejos -"Pocos, porque con las enfermedades se están perdiendo", apuntaba ayer otro cazador-, tordos y palomas, entre otras piezas. Otro representante del colectivo recordaba también lo costoso que resulta pagar un coto privado.

Mientras, el líder de Proposta per les Illes (PI) de Calvià, Bartolomé Bonafé, respaldó ayer las reivindicaciones del sector e instó al equipo de gobierno a reabrir "inmediatamente" el coto.