Un total de 450 niños de colegios públicos y concertados del municipio de Manacor, han accedido a ayudas autonómicas y locales para luchar contra la pobreza infantil. A principios de curso, el Ayuntamiento decidió acogerse a una línea del Govern de 32.000 euros, programada para combatir las posibles desigualdades entre el alumnado. Una cifra insuficiente ante las necesidades, que el consistorio ha tenido que aumentar con fondos propios hasta los 67.000 euros.

Las ayudas han variado según el grado de necesidad y la situación de cada familia, entre 100 y 150 euros por alumno. El Ayuntamiento, ante el temor que pudieran crearse injusticias en este sentido, encargó a cada centro la elaboración de un listado con los alumnos que creían más apropiados, pasando después por los Servicios Sociales, encargados de entregar las ayudas.

"Corríamos el riesgo de que si la subvención era administrada directamente por Servicios Sociales, el 80% de las ayudas hubieran ido a parar a inmigrantes, cuando en algunos casos hay alumnos mallorquines que también lo están pasando mal, que necesitan un chándal, comida o un tratamiento para los piojos, por ejemplo", explica el concejal local de Educación, Roberto Flores.

De hecho el ayuntamiento de Manacor ha recibido numerosas quejas en este sentido, por parte de padres que creían que por su renta podrían acceder al dinero, "es ahí cuando les mostramos los informes técnicos que avalan la decisión, definiendo si era o no adecuada la prestación de la ayuda en cada caso. De esta manera casi un 50% de familias normalizadas han podido acceder a ellas".

Alta concentración

Por otro lado, el riesgo ante la posible formación de guetos escolares ha puesto en alerta a la comunidad educativa de Manacor. Algunas de las cifras denotan una concentración excesiva de alumnos extracomunitarios en determinados centros, lo que también está empezando a preocupar a la concejalía de Educación municipal. En el colegio de Educación Infantil de Sa Torre, se concentra hasta un 60% de niños norteafricanos. En el colegio Simó Ballester, los extracomunitarios representan el 40%, aunque en una de las clases de primero se llega a un porcentaje del 70% (alrededor del 65% de ellos procedentes del Magreb).

De hecho en la reunión mantenida hace unos días entre el regidor Roberto Flores y la nueva responsable de Educación, Núria Riera, el consistorio quiso dejar clara su postura y pidió a la consellera que en lugar de aumentar las ratios de alumnos por centro, evitando que los hijos de familias mallorquinas tuvieran que ir a determinados centros asignados, se planteara redistribuir equitativamente al alumnado.

Si hablamos de cifras totales, en el municipio de Manacor, los niños en edad escolar no pertenecientes a la Comunidad Europea representan el 18%, lo que da una referencia sobre el desequilibrio entre centros. Quienes menos alumnos extracomunitarios tienen en sus aulas son las escuelas concertadas de La Salle, Sant Francesc, Sant Vicente de Paul o Pureza de Maria, con porcentajes de entre un 9 y un 10%.

El lío de la escuela de Son Macià

El otro tema educativo que preocupa al Ayuntamiento son los plazos para la construcción de una nueva escuela en la pedanía de Son Macià. Después de años de promesas incumplidas por parte del Govern, parece que de la última reunión mantenida el pasado seis de noviembre con Núria Riera, el consistorio ha logrado al menos tener una fecha de referencia con la que poder avistar el fin de los problemas de espacio y distribución del colegio Pere Garau.

Si bien en las últimas fechas el Ibisec (la institución dependiente de la Conselleria encargada de las planificaciones de los centros) había anunciado que se llevaría a cabo una ampliación y que no sería hasta principios de 2016, según informó Riera a la regidora de Urbanismo local, Catalina Riera, la escuela será de nueva construcción y las obras podrían empezar en junio, a falta de determinar dónde se distribuirían los alumnos durante el curso 2015-2016.