El otoño golpeó ayer la geografía mallorquina con toda su crudeza. Después de un verano que parecía eterno y que pudo darse por finalizado a principios de semana con el temporal de lluvia y vientotemporal de lluvia y viento, ayer, como consecuencia del bajón de las temperaturas, cayó sobre la isla una fuerte granizada que afectó principalmente al sur de la Serra de Tramuntana, aunque también era visible en las cotas más altas de la cordillera mallorquina.

En la madrugada del martes al miércoles fue cuando la granizada cayó con más virulencia, principalmente sobre las poblaciones de Esporles, Bunyola y Puigpunyent. Los habitantes de estas localidades se despertaron con una estampa propia del invierno, con un manto blanco que cubría los tejados y los montes. No se registraron incidentes importantes. Ayer, a primera hora de la tarde, la carretera que conecta las localidades de Esporles y Valldemossa tuvo que ser cerrada al tráfico por espacio de casi una hora para que las máquinas retirasen los restos de granizo que dificultaban la circulación de los vehículos.

Lluvias fuertes

Fuentes de la Agencia Balear de Meteorología explicaron que el granizo fue provocado por un frente frío que entró en la isla en la madrugada del miércoles y que afectó principalmente a las localidades del sur de la Serra de Tramuntana. Las citadas poblaciones fueron las que registraron mayores precipitaciones.

El municipio de Esporles fue el que se llevó la peor parte, con un total de 53,8 litros por metro cuadrado registrados durante las últimas 24 horas. El pueblo de Pina, en el municipio de Algaida, también registró fuertes lluvias, llegando a registrarse hasta 34,6 litros por metro cuadrado, seguido de Bunyola, con un total de 23,2 litros. En Eivissa también hubo intensas precipitaciones, llegando a los 37,9 litros por metro cuadrado.

Las fuentes del citado instituto aseguraron que el fenómeno registrado ayer es típico de la actual estación meteorológica, cuando resulta habitual que entren frentes fríos. Cuando las masas de aire frío se combinan con las cálidas temperaturas que todavía conserva el mar, se producen este tipo de fenómenos atmosféricos.

La Agencia Balear de Meteorología alertaron de que en las próximas horas todavía pueden registrarse granizadas y lluvias locales en la isla.

En principio, las temperaturas continuarán en descenso y durante el día de ayer todavía estaba previsto que los vientos soplaran de norte a noroeste con velocidades que oscilan entre los 20 y los 35 kilómetros por hora.

Además de afectar de lleno a las citadas localidades de la zona meridional de la Serra de Tramuntana, el granizo se instaló en otros puntos más elevados de la cordillera, entre ellos el Puig Major, tal y como se observa en la fotografía que ilustra la información. Muchos creyeron que la isla había registrado la primera nevada de la temporada.