¿Qué superficie ocupó el foso romano de ses Salines? ¿Cuándo se construyó y cuándo se dejó de utilizar y se tapó? ¿Cuál fue su función? ¿Cuánto perduró? ¿Qué restos arqueológicos esconde dentro? ¿Hubo una población romana en esta zona sur de Mallorca? ¿Cómo se vivía en aquella época? Estas son algunas de las muchas preguntas que expertos historiadores y arqueólogos se hacen. Ahora más que nunca, es un tema que despierta gran interés y pasión. No en vano, desde finales del pasado mes de agosto se está llevando a cabo, por vez primera, una campaña de excavación e investigación científica del foso, en el centro del pueblo.

El equipo de directores está integrado por los arqueólogos Bartomeu Vallori, Bernat Roig, Damià Ramis y Xisca Torres. Cerca de cincuenta personas se implican y colaboran activamente en los trabajos, motivados por el interés de la dinámica asociación cultural local Vedelleta d´Or. En dicho grupo de apoyo figuran filólogos, arqueólogos, historiadores, epigrafistas, geólogos, geógrafos, fotógrafos, estudiantes y voluntarios, entre otros particulares y profesionales. Todas las labores se están haciendo sin ánimo de lucro. La única ayuda que se recibe consiste en la manutención por parte del ayuntamiento.

En concreto, la excavación inicial es en un lateral de la iglesia de Sant Bartomeu. La parroquia ha dado su autorización, por lo que los directores de la campaña se muestran "eternamente agradecidos".

Los descubrimientos hasta la fecha: un pequeño tramo del profundo foso con marcada forma triangular, niveles históricos de época romana y restos cerámicos. En consecuencia, el objetivo es hacer una nueva planimetría y arrojar más luz sobre lo que realmente representó este foso romano. Recolección de datos y gestión mediante un Sistema de información geográfica (SIG).

Hay que explicar que un foso es una excavación profunda que circuye una fortificación-asentamiento por la parte exterior. Todo apunta a que en ses Salines hubo un campamento-fuerte militar. De hecho, dentro del perímetro de esta área urbana de iglesia-escuela-ayuntamiento aparecieron, tiempo atrás, tambores de columna romana, una espada romana, un pondus (peso romano), restos cerámicos, sarcófagos...

Honorat Bauçà y Pere Ponç, a mediados de los años 80 del pasado siglo publicaron un artículo en el que divulgaban los restos de lo que teóricamente sería un foso romano bajo el núcleo urbano de ses Salines. Realizaron una delimitación aproximada que ya en estos momentos se está revisando.

Un esquema diferente

Curiosamente, el consistorio saliner se hallaría justo en el centro del recinto. Si normalmente los fosos romanos tenían una planta cuadrangular, a fin de tener una óptima defensa (los ejércitos romanos eran muy mecanizados y organizados), en este caso el perímetro que se intuye no parece corresponder exactamente a este esquema. "Esta posible irregularidad podría deberse a la orografía de la zona", indica Bartomeu Vallori.

En cualquier caso, este foso romano de ses Salines (la zona tiene la declaración de Bien de Interés Cultural) es el único que está documentado en Balears. Hay quienes apuntan que podría haber otros, incluso en el mismo municipio, indicios exactamente en la Colònia de Sant Jordi.

Todo ello constata la importancia del cono sur de la isla, un paso obligado por las rutas marítimas en la antigüedad, con Cabrera como privilegiado ´testigo´ directo. Playas de considerable extensión para poder desembarcar cómodamente y un negocio implantado con firmeza: el de la sal. La salinera coloniera data del sigo IV a. C.

El saliner Bernat Roig sostiene que se reúnen "todos los alicientes" para poder comercializar con los pobladores de esta zona sur de la isla. "Los restos arqueológicos que conocemos constatan un comercio muy activo en la antigüedad, se intuye mucho ´tráfico´ marítimo", dice. Sorprende que en el municipio de ses Salines haya yacimientos o restos de todas las épocas: naviformes, talayóticos, púnicos, romanos, vándalos, bizantinos, musulmanes, catalana-cristiana.

En las inmediaciones de la entrada a ses Salines desde la carretera de Campos se halla la necrópolis de sa Carrotja (BIC). Se localizaron antaño más de 50 lápidas funerarias romanas (aproximadamente una cuarta parte de todas las detectadas en Balears). Están repartidas en los museos de Mallorca, Artà y Lluc. También las hay hasta en Granollers. Mención aparte las que se han ´reutilizado´ para construir parets seques u otros usos.

Múltiples especialistas, como Margarita Orfila o Enrique García Riaza, hacen a menudo referencia a la necrópolis de sa Carrotja en sus trabajos. Su relevancia hace que sea inevitable mencionar este camposanto, sería pobre e incompleto no hablar de sa Carrotja cuando se habla de epigrafía balear.

En sa Carrotja había dos tipos de entierros: por inhumación, donde los nichos estaban excavados en la roca, y podían ser individuales o hasta dobles; o por incineración, en cuyo caso se guardaban las cenizas en urnas funerarias talladas en piedra, y que luego serían también enterradas.

Según Roig, "tanto la epigrafía como la manera de enterrar hacen pensar que la necrópolis de sa Carrotja podría haberse utilizado desde los primeros momentos después de la conquista romana hasta la época tardoimperial".

La epigrafía de sa Carrotja desvela su gran protagonismo, demostrado en el uso de la antroponimia funeraria. Roig explica que de las doce lápidas encontradas en Balears con antroponimia de la Gens Sergia, diez son de sa Carrotja; de las catorce con Gens Caecilia, ocho; de las siete con Gens Antestia, cinco, y la única con Gens Pompeia.

Época fascinante

Nadie discute que la época romana tiene extraordinario interés y que está envuelta de misterios. El naturalista Plinio citó cinco poblaciones romanas en Mallorca. Dos de ellas con estatus jurídico superior: Pollentia (municipio de Alcúdia) y Palma (¿se trata de la Palma actual?). Otras dos poblaciones bajo el derecho latino: Guium y Tucis. Por último, una de federada, Bochoris (Pollença). El saliner Roig está convencido de que en la zona sur de la isla debío existir algo: "Por lógica debería existir una población romana, ya que es el punto idóneo para controlar el sur de la isla, la explotación de la sal y la ruta marítima sur".

La asociación sociocultural Vedelleta d´Or viene reivindicando en los últimos años la conveniencia de abrir un museo vivo, denominado Museu Territori, con centro propio pero también con recorridos guiados. La asociación hotelera respalda esta iniciativa. Y el auge que está tomando el estudio de la época romana salinera refuerza, todavía más, los argumentos a favor de esta aspiración. Roig y Vallori, al igual que muchos otros historiadores y arqueólogos, lamentan que, desde antiguo, no se haya gestionado y protegido mejor el patrimonio arqueológico de ses Salines y otros sitios de Mallorca.