Después de cinco años de espera a la concejalía de Medio Ambiente del ayuntamiento de Manacor parece habérsele acabado la paciencia, y exige a la propiedad de Es Fangar que abra, de una vez por todas, el último camino público y uno de los más emblemáticos que pasa por el interior de la propiedad y que acaba en el Puig de ses Ànimes.

Un tema pendiente desde que en mayo de 2009, la Plataforma pro Camins Públics i Oberts llegara a un acuerdo con el matrimonio Eisenmann (después ratificado por el consistorio), para la apertura de la red de caminos históricamente públicos que pasan por dentro de la finca más grande de Mallorca en manos de un único dueño; a cambio el colectivo y el Ayuntamiento se comprometían a apaciguar las protestas y se desviar dos senderos que pasaban justo al lado de la antiguas casas de la possessió.

El problema del camino de ses Ànimes, que cruza de arriba a abajo las algo más de 1.000 hectáreas de la finca desde el torrente de ses Piques hasta la carretera de Felanitx, es que bordea con los terrenos pertenecientes a las influyentes familias Sureda y Valens, que entienden que parte del camino cruza por sus propiedades y se muestran reticentes a la apertura de sus vallados.

Según la corporación municipal estas parcelas se encuentran dentro de los lindes de Es Fangar, por lo que exigen al empresario Peter Eisenmann que cumpla con lo estipulado. "Hace años que están incumpliendo con el acuerdo, cambiando de interlocutores y dilatando el problema", explica Bernat Amer, edil de Medio Ambiente, molesto con los continuos cambios de criterio de los gestores de la finca; "les enviaremos un recordatorio y si después quieren reunirse con nosotros que vengan al Ayuntamiento".

Por su parte la Sala es la responsable de la limpieza y desbroce del camino, al que se colocaría una barrera para solo permitir el paso de senderistas.