Los actos más esperados de la Festa des Vermar de Binissalem, que este año llega a su 50 edición, arrancaron ayer con la tradicional ´batalla de raïm´, que contó con la participación de cientos de jóvenes de la localidad que, como es habitual, terminaron totalmente embadurnados de mosto y barro. La guerra, una de las más participativas que se recuerdan, se libró en la explanada del polideportivo y en ella se utilizaron hasta ocho toneladas de racimos de uva procedentes del excedente de la primera cosecha.

Este año hubo una novedad con respecto a las ediciones precedentes: se habilitó una pequeña piscina con globos de agua que los participantes no dudaron en arrojarse mutuamente para mitigar el calor intenso que reinaba ayer a mediodía en la isla. Un chupinazo marcó el inicio de esta particular batalla en la que los proyectiles son dulces y no matan a nadie. Solo ensucian.

Previamente se había celebrado en el balcón del ayuntamiento la salida del dios del vino, Dionisos, que animó a los presentes a participar en esta 50 edición de la Festa des Vermar. Después, toda la comitiva se desplazó hasta el polideportivo para iniciar la esperada batalla.

Los actos festivos de ayer no concluyeron aquí. A partir de las 14 horas se llevó a cabo el ´dinar i festa dels trepijadors´ en la plaça Major de Binissalem, un acto multitudinario que contó con la participación de unas 1.400 personas que degustaron los tradicionales ´fideus de vermar´ regados, como no podía ser de otra forma, con buen vino de la tierra.

Para hoy por la tarde está previsto otro de los actos más populares de las fiestas. La XVI edición del concurso de ´trepijar raïm´ medirá la habilidad y velocidad de los participantes a la hora de elaborar mosto.