El celler de Cas Barbaret ha cerrado sus puertas. Con él desaparece una actividad tradicional de Inca como es la venta a granel de vino de producción local. Cabe destacar que, según investigaciones del historiador Gabriel Pieras, Inca llegó a albergar varias decenas de cellers a finales del siglo XIX y principios del XX; y que en algunos momentos se declaró una producción anual de dos millones de litros de vino.

Cas Barbaret era una casa dedicada a la producción de vino local y venta a granel. Inicialmente se ubicaba en una isleta hoy desaparecida, la antigua Coch i Lluch, hoy refundida en la avenida Bartomeu Coch. Cuando a finales de los años 70 se derribó esa manzana de casas, Cas Barbaret se instaló en Can Rebassa, en la calle de ses Coves, lugar donde ha permanecido abierto hasta este verano.

Antoni Pons ha sido su último propietario, nieto del fundador, ha sido la tercera generación de vitivinicultores. Siempre había producido y vendido vino hasta la década de los años 60 en que resultaba muy caro producir y mucho más rentable comprar el vino al por mayor para vender a granel.

Vino local

Sin embargo, Pons nunca renunció a la tradición y aunque últimamente seguía comprando para vender, lo hacía a un productor local, las Bodegas Son Bordils. "Yo puedo decir que la última garrafa que se ha vendido a granel en un celler histórico de la ciudad ha sido vino de Inca, es un pequeño consuelo que siempre me quedará", asegura un emocionado propietario.

Hace unas semanas se desmanteló por completo el viejo celler. Las veterana botes congrenyades salieron por la puerta del inmueble de Can Rebassa 40 años después de su anterior traslado. Ramón Coll, de Son Bordils, las ha adquirido para su bodega aunque sólo como elemento decorativo puesto que en la actualidad ya no se usan.