­El jesuita Bartomeu Melià Lliteres concelebró anteayer una eucaristía en acción de gracias por sus 50 años de sacerdocio. En su homilía agradeció la presencia de todos los que se habían congregado en la parroquia de Nostra Senyora de la Consolació de Porreres, entre los que se encontraba una gran representación de la familia Boterí, la alcaldesa, Francisca Mora y un nutrido grupo de feligreses.

Las primeras palabras fueron en recuerdo para su madre que falleció el mismo día de su ordenación, lo que provocó que su primera misa en Porreres fuera el funeral de su progenitora.

Por otro lado comentó que siempre se ha sentido embajador de Porreres en todos los lugares donde ha residido y viajado: "Cada vez que tengo que rellenar algún formulario donde se me pide lugar de nacimiento, al anotar Porreres siento una gran alegría en lo más íntimo de mi ser".

Prosiguió: "Recuerdo con emoción cuando en 1969 pude contactar, escuchar y vivir con los pueblos guaranís del Paraguay". "Cuando digo que del pueblo guaraní he aprendido más que de la universidad no es un hablar por hablar y hasta puedo afirmar que en ellos está el futuro ya que nuestra sociedad cojea por todos lados, en cambio ellos tienen, a pesar de sus problemas, una esperanza que la van expresando y compartiendo", remarcó.

Situación de exterminio

También denunció la situación de exterminio legal que están padeciendo los guaranís. Aunque las leyes escritas les protegen, ni jueces ni Corte Suprema les hacen caso. Finalizó su intervención pidiendo plegarias en su favor para poder seguir trabajando a favor del pueblo guaraní.

La sentida celebración culminó con un sencillo refrigerio que habían preparado los vecinos de Porreres.