­La emblemática playa de Cala Agulla (municipio de Capdepera) se ha convertido en los últimos años en el lugar elegido por unos turistas ‘peculiares’. Se trata de alemanes que participan en ligas deportivas, mayoritariamente de balonmano y que al finalizar sus competiciones y ser todos de la misma región geográfica, se organizan para pasar unos días de vacaciones en hoteles cercanos a la famosa playa gabellina.

Estos grupos particulares repiten cada comienzo de temporada, principalmente durante el mes de junio y ellos mismos se montan sus fiestas playeras. Todo está previsto, se trata de disfrutar al máximo y de la manera más económica posible. Así, alquilan en algunos supermercados de la zona su nevera con hielo y adquieren todo tipo de bebidas alcohólicas, todo esto para iniciar un día de playa.

La Policía Local controla los accesos a la playa, en la que está prohibido introducir botellas de cristal, pero muchos eluden los controles, generalmente accediendo a la playa a través del sistema dunar o fuera del horario de patrulla policial, que ya tienen controlado.

A medida que transcurre el día aumenta el consumo de alcohol, generando molestias entre los bañistas, por el ruido de la música y sus bailes. Algunos aprovechan la terraza de unos de los chiringuitos para después de almorzar seguir la fiesta y el bailoteo, entre idas y venidas de la playa donde se encuentra parte el grupo.

Llegada la tarde, el consumo de alcohol deja mella en los jóvenes turistas hasta el punto de realizar sus necesidades en la misma playa o en el sistema dunar, sin alcanzar los baños.

Estos hechos además de las molestias, duplican los desechos que se acumulan en las papeleras de la playa o en los contenedores de los chiringuitos, hasta el punto de que, estos días, la recogida de basura llega a duplicarse respecto a la de un día normal.

En declaraciones a este periódico, el alcalde, Rafel Fernández (PSOE), reconoció que este grupo de gente ha causado molestias y que el consistorio ha recibido quejas de las fiestas, lo que ha llevado a que se tomen cartas en el asunto.

El consistorio, gobernado por el pacto entre PSOE-UCAP-Es Grup, ha aumentado el horario y las patrullas policiales en la playa, ya que según el primer edil socialista “no estamos dispuestos a tolerar estas parties en Cala Agulla”.

Aún así este año ya se han realizado algunas de estas molestas fiestas que generalmente se celebran de jueves a domingos y que tienen su punto más álgido a partir de las 18 horas.

Cumplimiento de ordenanzas

Pere Fuster, regidor-portavoz del partido Més, en la oposición del ayuntamiento de Capdepera, cree que la solución pasa por hacer cumplir la ordenanza de buen gobierno, que prohíbe el botellón, el exceso de ruido y el consumo de alcohol en espacio público, entre otros muchas regulaciones, con las pertinentes sanciones económicas en caso de cometer infracciones.

Fuster también critica el frecuente exceso de ruidos en Cala Rajada, así como la abusiva ocupación de la vía pública en múltiples sitios, como la plaza Mariners.

Asimismo, Més per Capdepera pide al consistorio un mayor control sobre los propietarios y conductores de galeras, para evitar malos tratos o falta de cuidado de los caballos. Hay media docena de galeras y en 2013 se abrieron cuatro expedientes que podrían derivar en multas.