Las peluqueras ambulantes de la avenida Pere Mas i Reus parecen haberse convertido en una de las tradiciones de la ciudad de Alcúdia. Y es que al pasear por dicha calle se puede observar fácilmente al gremio de mujeres que se encarga de peinar a las turistas curiosas que deciden ponerse en sus manos. Trenzas o extensiones de hilo son algunos de sus productos estrella. Ahora bien, no se trata de un escenario joven ni moderno, sino que estos pequeños negocios llevan afincados en la calle comercial desde hace más de quince años.

Esta actividad ilegal se está convirtiendo en un problema que desborda a la Policía Local, toda vez que a pesar de efectuar frecuentes rondas no se ha conseguido erradicar. La alcaldesa, Coloma Terrassa, confirma que se efectúan patrullas en las que los agentes visten de paisano para evitar "que se avisen ya que parece que están organizadas". Los policías proceden a denunciar y a requisar el material que puedan tener en el momento en que detectan la actividad.

Dicha práctica se encuentra en los márgenes de la legalidad, pues para ejercer una actividad como ésta, peluquería, es necesario disponer de una licencia determinada que controla el espacio y las condiciones en las que se desempeña la profesión. Por lo general dichas peluqueras ambulantes se encuentran alrededor del puente que cruza el lago o en el parque de la avenida de Italia.

Connivencia

"Pero este año comenzamos a ver algunos de estos negocios afincados en las terrazas de algunos comercios", asegura una peluquera profesional de la zona. De hecho, algunos comerciantes del barrio costero sospechan que determinados negocios alquilan parte de su local a estas peluqueras para permitirles realizar la actividad en su establecimiento. Se trata de condiciones en las que es posible asegurar a las peluqueras como trabajadoras, pero no es posible adquirir la licencia necesaria para desarrollar la actividad de forma legal.

Efectivamente, la alcaldesa corrobora que "se han detectado casos de tiendas que tienen aseguradas a estas peluqueras pero, evidentemente, no disponen de la licencia de actividad pertinente. En estos casos se ha procedido a informar a los propietarios de las tiendas". Terrassa asegura que "prácticamente en la totalidad de casos los propietarios renuncian a esta actividad en cunado se les dice que deben sacar una nueva licencia y cumplir una serie de condiciones establecidas".

Peluquerías de la zona, dueños de establecimientos que se dedican al mismo sector, han denunciado reiteradamente la situación alegando que se trata de "una competencia desleal". "Y es que nosotros nos vemos obligados a pagar toda una serie de licencias, seguros para nuestros trabajadores, permisos de apertura e incluso para colocar un cartel que anuncie el negocio, por lo que nuestros precios no pueden competir con los suyos", asegura una afectada.

"El resultado es que nuestros ingresos se ven seriamente afectados y no vemos una solución al problema", explicaba la propietaria de otro de los locales afectados.

Los mismos empresarios afirman haber denunciado al ayuntamiento la situación en reiteradas ocasiones, llegando a interponer incluso veinte denuncias "sin recibir respuesta alguna por el momento" y recurriendo a abogados esperando poder salvar sus negocios. Ellos mismos son conscientes del carácter histórico de este problema y recuerdan que durante la legislatura del ex-alcalde, Miquel Ferrer, se consiguió reducir considerablemente la misma situación en la Avenida Tucán. Terrassa asegura, por su parte que "se están atendiendo las denuncias y que se están contestando".

Problema generalizado

Diferentes asociaciones empresariales del gremio de peluqueros apuntan a que se trata de un problema generalizado que se practica de forma ilegal, no sólo en las terrazas de souvenirs de Pere Mas i Reus, sino de forma más amplia en playas y también en mercadillos de otros pueblos.

Las mismas fuentes señalan que en un alto porcentage de casos se trata de mujeres de origen africano que se dedican a hacer peinados exóticos a las turistas. En principio la actividad es posible, con las licencias y permisos pertinentes, y estando de alta en la Seguridad Social, pero no se puede efectuar de forma ambulante, a excepción de los casos en los que la normativa local lo permita, pero se ha de desarrollar en los espacios municipales habilitados.