A petición del ayuntamiento de Lloseta y de una representación de vecinos de la barriada de Baix des tren, habitada por unas 300 personas, se ha celebrado una reunión en la estación de tren de Lloseta con el director gerente del Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), José Ramón Orta, el alcalde de Lloseta, Bernat Coll (PSOE) y la técnica de SFM, Ana García. El objetivo del encuentro era el de dar explicaciones por parte de SFM sobre las actuales obras que se ejecutan en la terminal ferroviaria para implantar un sistema tarifario de segunda generación. Los vecinos están alarmados porque no comprenden ni entienden la finalidad de las obras y expresan su preocupación por el aspecto que tendrá el entorno de la estación al finalizar los trabajos.

Lo que más preocupa a los vecinos es la supresión de un paso a nivel peatonal que usan los viajeros del tren y el mismo vecindario. Según la técnico de SFM, este paso no se suprimirá, sino que será trasladado unos veinte metros en dirección a Inca para enlazar con la calle de Antoni Oliver. El motivo del traslado es la ampliación de dos andenes de baja altura para que dentro de unos meses puedan ser usados por los convoyes que iban destinados al tramo ferroviario de Manacor a Artà y que tienen una altura mucho menor que los actuales trenes. "Estas máquinas son de bajo consumo eléctrico y serán utilizadas según la intensidad de pasajeros", apuntó Orta.

En el proyecto de las obras que se llevan a cabo en la estación se observa que, una vez implantado el nuevo sistema tarifario, los usuarios tendrán que hacer algunos rodeos excesivamente largos para subir al tren. "Se puede estudiar otra salida", dijo la ingeniera de la empresa ferroviaria pública.

Por otra parte, lo que preocupa al Ayuntamiento es que el nuevo paso desembocará en la calle Truyola, que tiene un excesivo tráfico rodado debido a su condición de carretera. Para mejorar la seguridad vial tendrán que señalarse nuevos pasos peatonales y aumentar el alumbrado público.