El convento de Sant Bonaventura de Llucmajor acogió ayer una reunión convocada por la Plataforma Alta Tensió a Llucmajor. Los propietarios de terrenos afectados por la instalación de dos nuevas líneas de alta tensión planeadas por Red Eléctrica de España, en concreto Llucmajor-Cala Blava (que en realidad es cerca de Cas Busso, en la Marina, donde se construiría una subestación eléctrica) y Cala Blava-Arenal, mostraron su preocupación por el impacto que causarían decenas de torres metálicas de hasta 40 metros. Anunciaron la puesta en marcha de una recogida de firmas en contra de estas dos nuevas líneas, y esperan que ciudadanos en particular y colectivos se sumen a sus reivindicaciones.

Los afectados temen la pérdida de la biodiversidad, perjuicios económicos, riesgos para la salud, peligro de incendio y de accidentes, contaminación acústica y "daños estéticos irreparables". Piden, con el respaldo de todos los partidos del Consistorio, el soterramiento de las líneas por caminos públicos, de no ser posible reforzar la infraestructura actual. Se reunirán con cargos del Govern y representantes de REE. El plazo de alegaciones, prácticamente cerrado.

Por otro lado, el pleno del Ayuntamiento, ayer mismo, ratificó que FCC es la nueva adjudicataria del servicio de recogida de residuos. Ha presentado la documentación pertinente, concertado el seguro de responsabilidad civil y depositado el aval. Las empresas perdedoras tienen 15 días para alegar. La vencedora firmará después el contrato y dispone de tres meses para implantarse con las nuevas condiciones. La oposición criticó las deficiencias actuales del servicio, especialmente en s´Arenal. Se generan molestias y hay quejas.