La Comissió Llimona-Sóller presentó ayer ante el Consell de Mallorca y el ayuntamiento de Sóller sendos dossieres en los que informan, a las dos instituciones, de la importancia patrimonial de la escultura La Piedad que fue retirada del cementerio hace más de un año por su propietario, con el pretexto de restaurarla.

El informe recoge la historia de la pieza firmada por Josep Llimona hasta su desaparición de Son Sang, así como el "maltrato" sufrido por el conjunto escultórico, relacionándolo con la actuación que han llevado a cabo las instituciones en otros casos similares, hacia una obra que la comisión describe de "gran calidad y del autor más importante de obra funeraria del modernismo".

El escrito presentado ante el Consell es una solicitud dirigida al vicepresidente y consejero Patrimonio, para pedirle que se proteja el monumento funerario como Bien de Interés Cultural (BIC). El otro, dirigido al pleno de Sóller, pide que recupere de oficio el conjunto escultórico.

Los dos escritos fundamentan jurídicamente la propiedad municipal de la obra de Josep Llimona, El Santo Sepulcro, actualmente "mutilada, profanada y expoliada en parte" del cementerio de Son Sang, según denuncia la comisión.