­Delegación de Gobierno en Balears ha preparado en coordinación con la conselleria de Turismo y Deportes del Govern una serie de medidas para inspeccionar más de cerca posibles irregularidades en los party boats (fiestas organizadas en barcos que realizan excursiones por la costa de núcleos turísticos), una actividad que en los últimos veranos ha despertado críticas vecinales y de diversos sectores turísticos.

Las autoridades quieren incidir en aspectos como las condiciones de seguridad para los pasajeros o el cumplimiento de las normativas sobre medio ambiente y contaminación acústica. El año pasado, precisamente, este tipo de excursiones generó un importante descontento vecinal en la zona de Torrenova y Magaluf, en el municipio de Calvià, donde hubo residentes que se quejaron del excesivo volumen de la música de estas embarcaciones.

Delegación de Gobierno todavía no ha concretado de forma más detallada las actuaciones que se llevarán a cabo este verano (prevé hacerlo en los próximos días). Pero sí que ha comunicado su voluntad de estrechar la vigilancia sobre los party boats a los sectores con los que mantuvo una reunión reciente. Entre ellos, la patronal de comercio turístico Acotur, la asociación hotelera de Palmanova-Magaluf y la asociación de salas de fiestas, que expresaron su preocupación por este tema.

"Esperamos que se vigile de cerca la actividad y que sólo puedan desarrollarla aquellas empresas que cumplan con la normativa y con todas las condiciones de seguridad", declaró el presidente de Acotur, Pepe Tirado, quien ha denunciado reiteradamente en los últimos meses la "clandestinidad" en la que se mueven muchas de estas excursiones marítimas.

El mensaje que se ha transmitido a estas asociaciones desde Delegación de Gobierno es que en ningún caso tienen interés en erradicar esta actividad, sino que el objetivo reside en garantizar un equilibrio entre los derechos empresariales y el derecho al descanso vecinal y a la seguridad de los pasajeros.

Proposición del Parlament

A finales del año pasado, la polémica por los party boats trascendió el ámbito vecinal y empresarial para saltar a los pasillos del Parlament. La Cámara balear aprobó una proposición no de ley por la cual instaba al Gobierno central a que desarrollase una normativa específica sobre los party boats. La iniciativa fue presentada por el Grupo Parlamentario Popular, que consideró necesario que el Ejecutivo central regule estas excursiones sobre las que "existe un vacío legal". La oposición se posicionó en contra, al entender que los populares "se lavaban las manos" al desviar a otra administración la responsabilidad de legislar.