­Ocho meses después de que se cerrase el acceso a la calita de El Toro (anexa a Port Adriano) por una caída de rocas, los vecinos y turistas siguen sin poder utilizar este punto del litoral. Cinco vallas metálicas impiden aún el paso. Un cartel del ayuntamiento de Calvià informa de que esta restricción se debe a "motivos de seguridad". En concreto, al "alto riesgo de desprendimientos".

En las puertas del verano y de la temporada de baños, vecinos de este núcleo calvianer eminentemente residencial han expresado su malestar por no poder acceder todavía a la calita y han pedido explicaciones a la administración que tienen más a mano, el Consistorio.

Se han llegado a presentar instancias ante el Ayuntamiento en las cuales hay residentes que se quejan de que aún no se hayan tomado medidas para restablecer el acceso desde Port Adriano. Consideran que se está vulnerando la Ley de Costas, que, sobre el papel, garantiza el derecho de acceso al mar. Y, si éste se interrumpe por alguna causa determinada, debe proporcionarse un "acceso alternativo con la misma eficacia", argumenta un residente en una de estas instancias.

El departamento municipal de Litoral ha respondido que el Ayuntamiento, por motivos de seguridad, balizó la zona de desprendimientos tanto por tierra como por mar con el consenso de Demarcación de Costas.

Sin embargo, el área de Litoral sostiene que entre las competencias municipales únicamente figuran los siguientes supuestos: "Mantener las playas y lugares públicos de baño en las debidas condiciones de limpieza, higiene y salubridad, así como vigilar la observancia de las normas e instrucciones dictadas por la Administración del Estado sobre salvamento y seguridad de las vidas humanas". Y a esta división competencial se agarra el Ayuntamiento para concluir que el organismo competente para decidir sobre el restablecimiento del acceso a la calita de El Toro debe ser Demarcación de Costas.

La calita, frecuentada sobre todo por residentes, fue precintada el pasado 21 de agosto, después de que se produjera un desprendimiento de rocas. El incidente no afectó entonces a ningún bañista. Unos técnicos se desplazaron hasta la calita para evaluar los riesgos del terreno escarpado que abunda en la costa de El Toro.