El pailebote goleta Isla Mauritia yace en el fondo del mar. El último barco construido en los astilleros de Sóller, en 1852, se fue a pique el pasado mes de octubre después de que un ciclón tropical rompiera sus amarras y acabara estrellándose contra unas rocas.

El barco, un majestuoso pailebote goleta construido en madera de pino hace 162 años, permanece hundido en aguas de Grand Baie, al norte de Port Louis, la capital de la isla francesa (en el departamento de Reunión y Mauricio) situada en el Océano Índico cerca de Madagascar.

La embarcación fue bautizada con el nombre de Concepción, aunque años más tarde pasó a denominarse Isla blanca. La goleta llegó a la isla de Mauricio en 1989, tras dos años de restauración, para convertirse en una atracción turística para navegantes y buceadores. Con sus 90 toneladas de peso, e impulsado por velas, fue el último buque de su categoría en el mundo que todavía estaba en activo, algo que lo había convertido en una verdadera joya de la navegación y la historia náutica de Sóller.

Según el periódico Indian Ocean Times, el pasado octubre el barco sufrió importantes daños a consecuencia del paso del ciclón tropical Gino. Al parecer, las anclas del barco se rompieron y fue a la deriva hasta chocar contra unas rocas.

Daños

Tras este accidente el buque sufrió importantes daños que acabaron por llevarlo a pique en aguas de Grand Baie, en el norte de la isla de Mauricio. El Club Náutico de Sóller no tuvo conocimiento de la noticia hasta hace unos días, según explicaron fuentes de esta entidad, que lamentaron la pérdida de esta joya de la náutica.

El barco, que ahora yace en el fondo del mar, fue construido por el mestre d´aixa Ramon Horrach en los astilleros que tenía en el Port de Sóller.

Según algunas reseñas históricas, la goleta fue construida con leña de pino y olivo del propio valle para el navegante Francisco Casasnovas, a quien se le entregó en 1852.

En 1959, el barco se hundió en extrañas circunstancias y posteriormente fue reflotado pasando a ser un velero de ocio. Durante los años 1988 y 1989 fue sometido a un proceso de restauración en la península Escandinava antes de iniciar su viaje hasta aguas del Océano Índico donde estableció su base en la isla Mauricio.

Cuentan que el barco llegó a navegar en aguas del Caribe donde participó en el rodaje de varias películas de aventuras.