Aumentar la seguridad y disminuir la siniestralidad. Con esas dos premisas presentó ayer la presidenta del Consell, Maria Salom, el proyecto para desdoblar la carretera Ma-19 que une Llucmajor y Campos. Un proyecto de 9,2 kilómetros de longitud y 35 millones de presupuesto, que empezaría a ejecutarse este mismo año y que se alargaría año y medio, hasta bien entrado 2015, más allá de la actual legislatura.

Salom, que estuvo acompañada por el conseller insular de Urbanismo y Territorio, Mauricio Rovira y los alcaldes de ambos municipios, reiteró la importancia de la autovía como una de las obras más "urgentes y necesarias" de la red viaria de Mallorca, dado el elevado número de accidentes registrados en los últimos diez años: un total de 226 siniestros, con un balance de 205 heridos y quince víctimas mortales. "La carretera Llucmajor-Campos, con menos kilómetros que la autopista s´Arenal-Llucmajor, resulta más peligrosa". Así, entre 2009 y 2013, mientras en la autopista se produjeron 39 accidentes, 42 heridos y tres muertos, en la carretera comarcal fueron 110 con 83 heridos y seis muertos.

Esta vía soporta una densidad media de alrededor de 20.000 vehículos diarios, que pueden llegar a ser entre 26.000 y 30.000 al día los meses de verano, cifra que dobla la recomendada por Tráfico para realizar un desdoblamiento, ha explicado Rovira, que prevé reducir lo máximo posible el impacto ambiental sobre el territorio.

El desdoblamiento empezará en la variante de Llucmajor y acabará 760 metros antes de llegar al núcleo campaner, donde se producirá la transición de cuatro a dos carriles y no se descarta la construcción de un vial. Cada uno de los cuatro carriles totales tendrá una amplitud de 3,5 metros, con unos arcenes interiores de un metro y unos exteriores de 2,5. En principio se calcula que la mediana tenga 10 metros de ancho, dos menos que la que separa los dos sentidos de la autopista de Palma-Llucmajor, aunque el conseller ya ha advertido que podría reducirse aún más. Se podrá circular a un máximo de 100 km/h.

Todavía no se sabe con certeza si constará con dos enlaces, que en principio serían los de Son Gabriela y Son Sala con pasos elevados y dos rotondas, separados por 2,5 kilómetros. Actualmente es una carretera complicada y peligrosa con numerosas entradas y salidas de fincas, visibilidad reducida y el constante paso de vehículos agrícolas "que, junto al de bicicletas, provocan accidentes cuyo número se ha disparado en los últimos años" dice Rovira.

Con el desdoblamiento también se crearán vías de servicios a ambos lados, para que los vecinos puedan tener total seguridad, además de la creación de nuevas rutas cicloturísticas. Todo completado con distintas actuaciones de integración de elementos patrimoniales como la barraca de Son Isern o el avenc de Son Muletó.

El proyecto, que según el Consell se ajusta a la normativa para la financiación del Ministerio de Fomento, todavía debe pasar por una exposición pública para que las partes interesadas puedan alegar. Cabe señalar que dentro de los 35 millones de coste, también se incluye el precio previsto por las expropiaciones que deberán realizarse.

Críticas

Pero el proyecto no ha gustado a todos. Més ya ha exigido al Consell su retirada inmediata. El conseller econacionalista, Joan Font, lamentó ayer que el equipo del PP y su presidenta "cometan la enorme barbaridad de gastar 35 millones en un proyecto, pensado únicamente para beneficiar a las grandes superficies del Coll den Rabassa", mientras se desatienden los Servicios Sociales.

Para Font "quien pagará las consecuencias de este proyecto será el pequeño comercio de las poblaciones afectadas". Aunque asegura entender y compartir la necesidad de mejorar la seguridad de la vía, "la construcción de una autopista de 50 metros de ancho no es la mejor solución".