El municipio de Sencelles ha incrementado la actividad inspectora y sancionadora para atajar la elevada incidencia de la construcción ilegal en la zona rural del municipio. Desde que hace tres años el Ayuntamiento decidiera crear la plaza de celador de obras se han multiplicado los expedientes por infracciones urbanísticas.

Tan elevado es el problema que las sanciones impuestas por el Ayuntamiento el año pasado supusieron el 3,5% de todos los ingresos municipales de dicho ejercicio. Las arcas públicas recaudaron 70.660,30 euros en concepto de multas por construcción ilegal durante 2013.

Hasta hace poco la partida de ingresos consistoriales se veía nutrida por el afán constructor de hace unos años; ahora es por la imposición de disciplina para los muchos casos que se saltaron la legalidad en su día y fueron objeto de inspección.

El alcalde, Bartomeu Morro (PSOE), sostiene, a pesar de todo, que "no es el afán recaudatorio lo que mueve al consistorio a actuar con contundencia sino el disuasorio". Morro explica: "Prefiero detener una construcción cuando comienza que esperar al final y tener que aplicar sanciones y derribos".

Muchísimos expedientes

Pero a pesar de ello, reconoce que "es cierto que hay muchísimos expedientes abiertos. No es algo para enorgullecerse pero hay que hacerlo a pesar de que políticamente no se saca ningún rédito, más bien mala fama pues nos vemos obligados a resolver expedientes ya abiertos y a nadie le gusta que le impongan multas".

La gran cantidad de expedientes sancionadores que se están resolviendo ahora provienen del afán constructor que se desató desde 1990 hasta el año 2007.

Morro es contundente al señalar el lugar y las razones. "No se han dado apenas casos en los núcleos urbanos del municipio. Tenemos tres núcleos declarados BIC. Dentro del pueblo apenas se ha hecho nada ilegal. Donde está el verdadero ´marrón´ es en el campo", asegura.

El alcalde destaca que existe una gran conciencia vecinal y asegura que el Ayuntamiento recibe muchas denuncias de particulares que se sienten atropellados. "Hace unos años, el carácter mallorquín era deixar fer mentre no m´estorbin; por fortuna eso ha cambiado ya que mucha gente es consciente de que permitiendo estas actividades perdemos todos. Además, son un atropello para aquel que ha hecho las cosas bien". Aunque Morro especifica que "muchas veces se construye ilegalmente por ignorancia. Hay obras que son legalizables".

Población

Las causas de la elevada presión constructora en el campo radica en segundas viviendas e incluso residencias de vecinos "generalmente de Palma, que huyen del bullicio de la ciudad; trabajan allí, pero descansan aquí", apunta Morro. Un dato objetivo que corrobora esta opinión es que la población censada en Sencelles se ha duplicado en sólo unos años. En la actualidad ronda los 3.000 habitantes, muchos de los habitantes constan en el padrón como residentes en ´diseminados´; es decir, en el campo.

Esto ha supuesto un revulsivo también para el pueblo. El alcalde sostiene que "no todo ha sido negativo; por ejemplo tenemos 300 niños en la escuela, lo que nos permite mantener unos buenos niveles de calidad educativa; tenemos 30 asociaciones cívicas y, lo más importante, hemos recuperado el superávit: De deber dinero hemos pasado a generar 300.000 euros de sobrante durante 2013", explica.