La importancia del ´felanitxer´ Guillem Sagrera también es más que notoria en la capital isleña. Suyas son dos de las obras primordiales del denominado gótico catalán de Ciutat, ejemplos de la genialidad de un arquitecto y escultor irrepetible. En 1420 es nombrado jefe de obras de la catedral palmesana, donde se conserva su mayor exponente: el Portal del Mirador, en el que demuestra su destreza en la decoración escultórica. Seis años más tarde el gremio de mercaderes le pide la construcción de la nueva Llotja, un espacio abierto de finas columnas helicoidales que servirá de modelo a la de Valencia