La decoración de la piel es el nuevo negocio de moda en Punta Ballena (Magaluf), sumándose a la oferta tradicional que forman los bares con neón parpadeante y pantallas gigantes, los take away de pizzas y pollo frito, los table dance y las discotecas de nombres tropicales. Hasta una decena de tiendas de tatuajes aparecen diseminadas por una calle que apenas supera los 600 metros, lo que da una idea de su auge.

Su mayor actividad se registra por la noche, de madrugada, cuando la riada humana recorre, arriba y abajo, la empinada calle. "En una noche, he podido llegar a hacer 28 tatuajes", explica Ricardo García, que es de Palma, tiene 24 años y luce en el antebrazo derecho un llamativo dibujo de una mujer con máscara antigás. Asegura que llegó a este mundo por su afición al dibujo y que apenas lleva unos meses trabajando en Magaluf, en una tienda llamada Inkisicion. La noche más loca de Mallorca deja un rastro de anécdotas en el mundillo de los tatuadores.

Los hay que apuntan que es muy común que haya personas que se hagan grabar el nombre de un amigo. "En ese momento de comunión espiritual, te parece muy buena idea", señala un tatuador. En el ránking de palabras que eligen los turistas británicos, hay una que se lleva la palma: YOLO.

Es un acrónimo en inglés que significa You only live once (algo así como Sólo se vive una vez), que se adapta a la filosofía, en plan salvaje, que se respira cada noche en Punta Ballena. No faltan tampoco expresiones como Maga´13 (en referencia a Magaluf y al año actual) ni nombres de disc jockeys famosos ni el clásico escudo de equipo de fútbol a la altura del corazón ni dibujos muy elaborados de Batman. Algunos de ellos pueden costar hasta 800 euros.

Cuando se les pregunta a los tatuadores si alguna vez han recibido al día siguiente la visita de clientes resacosos arrepentidos de grabarse para toda la vida, responden que no. Pese a esto, hay asociaciones como Acotur que han solicitado al Ayuntamiento que extreme el control para evitar que se hagan trabajos en estos establecimientos a personas que están "bajo los efectos del alcohol".

Un argumento que no comparte el encargado de un gran local de tatuajes en la avenida principal de Magaluf, que prefiere no dar su nombre. "Si nos viene un cliente borracho, no lo hacemos, porque sabemos que después podemos tener problemas", dice. En esa misma línea, se expresan en Inkisicion. "No tatuamos a gente con copas encima", subraya la encargada.