La empresa pública SFM sigue adelante con el despropósito de reducir los efectivos humanos del ferrocarril en la isla. Después de la drástica disminución de servicios de tren durante los meses centrales del verano, ahora el objetivo son los revisores y el personal destinado en las estaciones. Y es que en las terminales de Inca y Manacor y también en la estación intermodal de Palma falta personal encargado de vender los billetes a los usuarios, que ahora están obligados a adquirirlos en las máquinas expendedoras, si funcionan, claro.

La "optimización de recursos" de la que tanto habla la empresa también llega al interior de los vagones, en los que los revisores brillan por su ausencia en determinados días de la semana. ¿No era tan importante asegurar que todos los viajeros del tren paguen religiosamente el trayecto?

Una historia real que deja en mal lugar al servicio del TIB

Domingo por la tarde, casi de noche. Colònia de Sant Jordi. Un grupo de unos veinte usuarios espera el último bus del servicio interurbano de transportes en dirección a Palma. Llega con retraso y además está a rebosar de gente. El conductor se niega a dejar subir a más gente a pesar de que se trata del último servicio del día y no acepta las súplicas de los usuarios para que haga una excepción y deje que los viajeros vayan de pie. Indignación generalizada. Uno de los usuarios llama al TIB para reclamar que se active un nuevo autobús para recoger el pasaje que ha quedado colgado y se encuentra con una respuesta que no admite lugar a dudas: "Tienen dos opciones: llamar a un taxi o quedarse a dormir en la Colònia". Imaginen la reacción.