La conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio calcula que la plaga de hongos que afecta a los almendros de Mallorca, y principalmente a los ubicados en deterimandas zonas del Llevant de la isla, ha provocado la muerte a unos 100.000 árboles desde que la afectación se descubrió por primera vez en el año 2008 en una parcela del camí de sa Marineta, en el entorno del pueblo de Son Carrió, situado en el municipio de Sant Llorenç.

Recientes balances efectuados sobre el terreno por los técnicos del laboratorio de Sanitat Vegetal de la Conselleria han determinado que la enfermedad provocada por un "complejo" de ´hongos de la madera´ sigue muy activa y afecta ya a más de 2.000 hectáreas de almendros, de las cuales entre 500 y 600 ya han muerto como consecuencia de la necrosis que provoca la patología en el árbol. Hasta el momento, se han identificado una serie de hongos que también afectan a la viña y cuya incidencia en los almendros a nivel mundial ha empezado a despertar el interés del mundo científico. Los hongos que afectan a los almendros de la isla corresponden mayoritariamente al género Neofusicoccum y los primeros síntomas se aprecian en las ramas que empiezan a secarse.

Diego Olmo, ingeniero agrónomo y técnico de laboratorio de Sanitat Vegetal, admite que el foco "sigue avanzando" y que la peor noticia de todo ello es que "hasta ahora no se conocen medidas de control" para frenarlo. El hongo vive en el interior de la madera y los fungicidas sistémicos convencionales "no llegan bien al foco del problema". Olmo lamenta que "el hongo está allí y no puede eliminarse porque es interno, hasta ahora no le hemos hecho ni cosquillas". En algunas parcelas cuyos almendros ya han muerto, han empezado a sembrarse algarrobos.

La ´zona cero´ de la plaga está situada en los campos que se extienden entre Son Carrió y Cala Millor, zonas en las que "se aprecian muy bien los síntomas", aunque existen focos dispersos en otros puntos de la isla. "Todavía no podemos afirmar que la plaga puede afectar a todos los almendros de Mallorca, pero es cierto que existen parcelas enfermas en diversas zonas", apunta el ingeniero. El foco detectado el pasado año en el centro de la isla, principalmente en Santa Margalida, estaba más provocado por la sequía y la falta de cuidado de los árboles que por la incidencia de los hongos de la madera.

Los árboles más susceptibles de padecer la enfermedad son los que tienen entre 70 y 80 años de edad y no son productivos. "El descuido de los árboles es fundamental para que el hongo avance y gane la partida al almendro". Por ello, el único antídoto que se conoce y que la Conselleria recomienda a los agricultores es mantener los árboles en las mejores condiciones fitosanitarias posibles y los terrenos labrados y abonados convenientemente.

En cuanto a la dispersión de la plaga, los técnicos creen que el hongo se propaga a través de las heridas que provoca la poda. Otra hipótesis probable es que los hongos viven en el interior del almendro durante mucho tiempo y se manifiesta cuando el árbol no recibe los cuidados necesarios.