El Club Náutico de Porto Cristo está acabando las obras de remodelación del espigón situado frente a la playa y conocido popularmente como es martell. Allí y gracias a un acuerdo con Ports de les Illes, ya se han instalado catorce amarres para acoger hasta ocho grandes yates de 20 metros de eslora (la longitud máxima que permiten los actuales pantalanes es de 16 metros). También está previsto que se coloque una barandilla metálica a ambas partes de la pasarela de 40 metros que lleva hasta la zona de amarres para mayor seguridad de los usurarios, así como varias torretas de suministro de agua y electricidad.

Las obras han suscitado preocupación tanto en vecinos de la zona como dentro del ayuntamiento de Manacor, a quien no se le ha comunicado la reforma: "Pensamos que deberíamos poder opinar sobre el tema. Estamos sufriendo una disminución paulatina de la arena de la playa provocada en buena parte por el espigón. Si le añadimos nuevos amarres enfrente el problema se agravará", explica sorprendido el concejal local de Medio Ambiente, Bernat Amer (AIPC).

En 2007 el Club Náutico llegó a un acuerdo con el Govern para ampliar la concesión de sus 213 amarres actuales por 30 años más, hasta 2037. Todo supeditado a una posible ampliación de plazas "que como no se podían crear en el Riuet, Ports nos ha dado facilidades para situarlas en el martell. Es algo que venimos reclamando desde hace tres o cuatro años y que creo que va a mejorar la imagen visual de Porto Cristo", señala el director del club, Daniel Matamalas.

El principal temor de los vecinos de la zona radica tanto en los peligros del tránsito de los yates cerca de la playa (situada a unos 100 metros), como en los vertidos de aceite o gasoil que puedan ocurrir. Las embarcaciones quedarán amarradas en la parte interior del espigón, con la proa mirando al arenal urbano.

Hasta 200 euros al día

Los catorce amarres para los ocho yates (cada uno necesita de dos cruzados) debían estar a punto el pasado sábado uno de junio, "aunque faltan pequeños retoques que harán que no esté listos hasta dentro de diez días como máximo", añade Matamalas. Serán plazas de tránsito, es decir que cada gran embarcación solo podrá quedar atracada un máximo de tres días consecutivos, de junio hasta el 30 de septiembre "y siempre que las condiciones del mar lo permitan".

Por lo que respecta a los precios, cada usuario pagará según la longitud del barco. De esta manera, mientras que uno de 10 metros de eslora deberá abonar al Club Náutico 60 euros diarios, los yates de 20 metros pagarán 200 euros al día.

Desde este verano el martell entra a formar parte de la concesión de Ports al club, por lo que sus 315 socios serán los responsables de su control, gestión y mantenimiento. En estos momentos la institución (fundada en los años 60) ofrece 163 amarres base para todo el año, más otras 50 plazas (ahora 58) para el denominado tránsito temporal. Cada año el Club Náutico de Porto Cristo paga 210.000 a Ports de les Illes por la concesión, cifra a la que hay que sumar 75.000 euros más por los fondeos y otra partida menor para el faro. "Un 40% de nuestro presupuesto se va a pagar tasas".