Si la vejez es sinónimo de sabiduría, la ciudadana británica Ethel Bullion es, sin duda, una sabia con mayúsculas. Pero lo es, principalmente, porque a punto de cumplir los cien años de edad (nació el 19 de mayo de 1913 en la ciudad inglesa de Leeds) todavía tiene ganas de seguir aprendiendo y de asimilar conocimientos con la misma frescura de una jovencita que tiene toda una vida por delante.

Residente en el Port de Pollença desde hace varias décadas después de haberse enamorado del paisaje mallorquín a raíz de su primera visita turística, Ethel Bullion es la alumna más longeva de las clases de la escuela de adultos que se llevan a cabo en el edificio municipal Miquel Capllonch del Moll y, a tenor de las palabras de sus compañeros de clase y de su profesora, se trata de una alumna "muy aplicada". La centenaria británica acude desde hace 16 años seguidos a las tres horas semanales de clase de castellano que imparte la profesora Antònia Castanyer. Y sólo falla a las clases cuando el motivo es de fuerza mayor.

Ayer, sus compañeros de clase y las autoridades municipales de Pollença quisieron rendirle un pequeño homenaje con motivo de su centenario. Fue una fiesta sorpresa, con brindis de cava y refrigerio incluido, que la protagonista recibió con intensa emoción y mucha felicidad. La sorpresa fue doble cuando se le entregó la felicitación personal firmada por la Reina Isabel II con motivo de su centenario, un detalle con los súbditos de la Corona británica que forma parte de una costumbre muy arraigada en su país.

Poco después del impacto inicial de la fiesta, de las flores regaladas y de los mensajes de felicitación por parte de los diversos ediles que se desplazaron hasta el Port para participar en el acto, Ehtel Bullion confesó sentirse "muy emocionada" con el detalle brindado por sus compañeros de clase. Explicó que guarda una relación muy especial con Mallorca desde el primer día que conoció la isla. "Me gusta mucho la tranquilidad de estas fechas", apuntó. De brillantes ojos azules, Ethel añadió que ya se siente "un poco mallorquina" y que una de sus principales aficiones en la isla es bañarse en el mar, un ritual que practica todos los días del año. "El agua no está fría", rebate a todos los que le preguntan por sus sensaciones al sumergirse en el mar invernal. Tal vez ahí reside el secreto de la longevidad.

Por su parte, Antònia Castanyer, maestra de la centenaria británica, explicó que está muy satisfecha con ella porque "es una alumna fantástica". De ella, destaca su "gran interés" en todo lo que se propone y su "búsqueda constante de la perfección". "La verdad es que yo he disfrutado mucho con Ethel, más de lo que pueda haberlo hecho ella conmigo", apuntó. Sus compañeros sólo tienen palabras positivas hacia ella.

Además del cariño de los otros alumnos, Ethel Bullion recibió ayer un diploma de excelencia de manos del Ayuntamiento por "su gran interés en aprender castellano". En palabras del edil Martí Roca, el municipio ´pollencí´ "está orgulloso de las personas que, como ella, envejecen de forma activa, con la mente despierta". Todos le desearon que pueda seguir acudiendo a los cursos durante "muchos años más".

El acto de homenaje concluyó con la proyección de un ´power point´ elaborado para la ocasión en la que aparecían personajes famosos nacidos en el mismo año que Ethel, como los míticos actores Burt Lancaster o Vivien Leigh, a los que nuestra protagonista gana en edad, y se enumeraron anécdotas por cada año transcurrido desde 1913. Los ojos de Ethel respondieron con gratitud.