La preocupación recorría soterradamente las calles de Son Ferrer desde hace años, pero sólo ha empezado a manifestarse en acciones concretas en los últimos meses. En el centro de las quejas, un motivo recurrente de polémica ciudadana: la ubicación de las antenas de telefonía móvil. Un grupo de vecinos entregó ayer en la sede consistorial 1.363 firmas con el fin de pedir al ayuntamiento de Calvià que se haga un estudio sobre los efectos que tienen estas emisiones sobre la salud.

Los promotores de la iniciativa subrayaron la gravedad de la situación que se vive en Son Ferrer. "La gente está muy preocupada. En los últimos tres meses, han fallecido muchas personas de cáncer en apenas un trozo de calle", declaró ayer en la entrada del Consistorio Juan Luis Iglesias, uno de los promotores de la recogida de firmas. "Por lo que sabemos, han muerto hasta siete personas", apostilló a su lado otra vecina, Elvira Escudero.

Los residentes no dan por sentado que exista una relación directa entre las antenas y las enfermedades, pero sí que defienden que deben determinarse científicamente los posibles peligros.

"No estamos pidiendo que las retiren. Somos conscientes de que no podemos volver a la Edad de Piedra y que todo el mundo quiere una buena cobertura de móvil. Queremos que se haga un estudio para evaluar sus riesgos. Y que ese estudio nos diga si están bien orientadas, si hay que subirlas, bajarlas, si hay que reducir la potencia...", manifestó Iglesias, quien estuvo acompañado por siete residentes de Son Ferrer.

Estos vecinos apoyan su propuesta en un real decreto de 2001, que establece que el "ministerio de Sanidad y Consumo, en coordinación con las comunidades autónomas, evaluará los riesgos sanitarios potenciales de la exposición del público en general a las emisiones radioeléctricas".

Instituto del núcleo

Los promotores de la iniciativa detallaron que existen dos puntos de concentración de antenas en la localidad. Uno de ellos, cerca de la calle Cóndor y el otro, en la calle Gall Salvatge. Escudero explicó que entre ambos puntos se encuentra el instituto de secundaria de Son Ferrer. "Y eso que hay una directriz de la Unión Europea del año 2009 que dice que no es recomendable que haya antenas a menos de 200 metros de centros escolares", argumentó.

Los vecinos aseguraron que la concejala delegada de Son Ferrer, Carmen Morano (PP), se ha preocupado por la situación. De hecho, Morano ha remitido una carta a los residentes en la que les explica que el Ayuntamiento ha solicitado información técnica a los operadores de telefonía para analizar una "potencial relación entre los problemas detectados y la presencia de las citadas antenas".

La concejala apunta que las autoridades sanitarias españolas han dictaminado en varias ocasiones que esas emisiones "no perjudican la salud", si bien matiza a continuación que la Organización Mundial de la Salud (OMS) está realizando una investigación sobre este asunto cuyas conclusiones aún no se han dado a conocer.

El mes pasado, el teniente de alcalde de Medio Ambiente, Miquel Bonet, envió misivas a las compañías en las que trasladaba la "inquietud" existente en Son Ferrer "por el hecho de que hay varias personas afectadas por cáncer en las inmediaciones de un repetidor de telefonía móvil", al tiempo que solicitaba información sobre las "medidas de control y seguimiento" que habían efectuado.

El Consistorio se ha puesto en contacto también con la dirección general de Innovación y Desarrollo Técnico del Govern, departamento al que pidió qué tipo de supervisión realiza sobre el repetidor de telefonía móvil. En su respuesta, señala que "hace controles [...] tanto de forma generalizada y aleatoria como por petición por parte interesada".