Más allá de la agricultura y antes de que el boom turístico explotara de lleno en la costa, Sant Llorenç vivió su particular esplendor industrial. Los bordados otorgaron 50 años de talleres e historias, de mujeres e ingresos extra en tiempos complicados.

Ese medio siglo, el que fue entre 1924 y 1974, es el punto de partida del estudio que durante dos años ha venido realizando Lourdes Melis, a partir de la una beca del departamento de Cultura municipal. Finalizada la primera fase de la investigación, las conclusiones serán presentadas este lunes y martes en el marco de las jornadas de estudios Dones, treball i manufactura.

Durante años estos talleres proporcionaron una salida laboral remunerada en la cual la mano de obra femenina fue la protagonista, como lo era ya desde hacía unos años en Manacor gracias a la industria perlera.

Sant Llorenç era un municipio relativamente nuevo (se había independizado a finales del siglo XIX de Manacor) y la nueva actividad pronto cuajó. Cada taller tenía una encargada que preparaba los aderezos y los manteles de las mujeres que bordaban en casa. La actividad implicaba a todas la féminas de la casa, desde las abuelas hasta las nietas y suponía una nueva e importante fuente de ingresos. Y aunque positivas, también supuso una autoexplotación ya que el trabajo domiciliario no tenía horario y la remuneración era mayor cuanto más era la producción. Hasta el punto en que los hombres llegaron a asumir labores domésticas con el propósito que la mujer no se separara de la máquina de bordar.

La Guerra Civil interrumpió momentáneamente la actividad. Un paréntesis que se cerró con la proliferación de talleres de segunda generación, con propietarios del mismo pueblo y con una nueva producción que giró esta vez hacia los vestidos, pañuelos, mantones y sobre todo blusas destinadas a turistas. Una producción que no solo era distribuida en la isla, sino también en puntos de la península y hasta fuera del país.

Pero como decíamos al principio fue el desarrollo del sector terciario quien propició la decadencia de la actividad, que no pudo competir con las nuevas prendas más baratas procedentes sobre todo del mercado chino.

La primera jornada comenzará este lunes a partir de las 16 horas, en la biblioteca Salvador Galmés, con los estudios de los doctores Carmen Sarasúa, Sebastià Sansó y Antoni Vives. El martes será el turno de Melis y Andreu Ramis.