El grupo ecologista Gadma, con sede en Binissalem, denunció ayer el nivel de suciedad que inunda buena parte de los bosques, torrentes y zonas naturales de Mallorca, un fenómeno que, según el citado colectivo, se debe a la falta de civismo de determinados ciudadanos que "prefieren tirar las bolsas de basura en el bosque antes que ir a los puntos verdes que hay en todas las localidades" y también a la falta de actuaciones por parte de la Administración, que "no pone en marcha los mecanismos de control suficientes para que esto no ocurra".

Un ejemplo de ello se encuentra en el llamado pinar de Biniagual, situado a unos tres kilómetros de la localidad de Binissalem, que vuelve a estar lleno de residuos depositados por particulares sólo nueve meses después de haber sido limpiado por el ayuntamiento de Binissalem. "Nos hemos convertido en los más sucios; no importa que traigan basura de fuera para incinerar porque ya somos el basurero de Europa, y los culpables somos los propios mallorquines", apunta Bernat Fiol, portavoz de la entidad ecologista.

Gadma denuncia que es casi imposible visitar algunas zonas naturales de la isla sin encontrar suciedad. "Hay basura en restos arqueológicos, torrentes, elementos patrimoniales, bosques...si la gente no siente estima por su propia tierra, todo está perdido; no entiendo que haya gente que tire neveras, baterías o medicamentos caducados en los torrentes", lamenta Fiol.

Gadma es partidaria de modificar las leyes relativas a los escombros y los residuos y de endurecer las sanciones por vertidos ilegales para que sean considerados delitos tipificados por la vía penal.