El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre (PP), confía en alcanzar acuerdos puntuales con las diferentes fuerzas políticas con representación municipal con el fin de lograr estabilidad y sacar adelante la gestión del Ayuntamiento después de la dimisión, a finales de la pasada semana, de los dos ediles no adscritos Malena Estrany y Tomeu Fuster, que ha dejado al equipo de gobierno PP-Lliga con sólo seis representantes frente a los once ediles de la oposición municipal.

El alcalde no cierra la puerta a la posible incorporación de algún partido al pacto de gobierno, una situación que, a su entender, sería "mucho mejor", aunque es consciente de la dificultad que representa a estas alturas de legislatura la entrada de un nuevo partido a un equipo de gobierno desgastado por la descoordinación existente entre los dos partidos que conforman el pacto, uno de los cuales, la Lliga, ya está escindido.

La obtención de una mayoría suficiente para no depender de la oposición pasaría por la incorporación de, al menos, dos formaciones políticas, ya que se precisarían un mínimo de tres concejales para alcanzar la mayoría y ningún partido de la oposición supera los dos representantes.

El alcalde Cifre inició anteayer una ronda de contactos con los portavoces de todos los partidos con representación municipal con el fin de "explicar la hoja de ruta" del pacto entre PP y Lliga y entregarles el documento firmado a principios de legislatura entre ambos partidos para definir las bases de la acción municipal, un texto que ha sido reivindicado durante toda la legislatura por parte de la oposición municipal.

"Nos interesa llegar a acuerdos estables en determinados temas puntuales", explicó el edil del PP, que confirmó que Alternativa per Pollença continuará acudiendo a las reuniones de la junta de gobierno a pesar de engrosar las filas de la oposición. Respecto a la posible entrada de otro partido en el pacto, Cifre apuntó que "habrá grupos que tengan una visión más global y otros que estarán más interesados en llegar a acuerdos puntuales".

Desde hace tiempo se especula con la posibilidad de que los dos ediles de Convergència ingresen en el equipo de gobierno, lo que Cifre no vería con malos ojos debido a la afinidad "ideológica" existente tanto con el PP como con la Lliga, cuyo único representante es Martí Roca. En este sentido, CxI se mostró ayer abierta a "dar estabilidad" si la propuesta de gobierno "es capaz de aportar soluciones".