El abandono de animales domésticos está derivando en la actualidad en un grave problema económico para los Ayuntamientos. Los perros y gatos son, con diferencia, las mascotas que padecen con mayor incidencia este abandono. Los números no bajan de un año para otro y si en 2011 de recogieron 1.978 perros; esta cifra es similar en 2012 pues fueron 2.006. Por lo que se refiere a gatos casi se ha duplicado pues ha pasado de 180 a 315.

Esto no sería un problema si todos los propietarios cumplieran con la normativa; pero resulta que sólo el 27% de perros que recogen los refugios lleva colocado el obligatorio microchip de identificación.

Antoni Mas, presidente de la Fundación Natura Parc, que se encarga de la recogida en la mayoría de municipios de la Part forana, sostiene que "un perro que se extravía y lleva el chip es identificado y se notifica al dueño para que lo recoja o renuncie a él, abonando las tasas correspondientes. Un perro que no lleva chip pasa a ser propiedad del Ayuntamiento en cuestión. Eso significa que los gastos que ocasione se abonan con el dinero de todos los vecinos; o lo que es lo mismo, todo el pueblo paga por la falta de civismo de unos pocos".

Esfuerzos

Un ejemplo concreto, entre otros muchos, es el municipio de sa Pobla. Abona al año 9.000 euros a Natura Parc para la recogida de animales sueltos. Josep Llabrés, edil de Medio Ambiente, indica "que esa es la cantidad que figura en el contrato, pero hasta un tope de 50 animales. Por desgracia cada año lo superamos".

Según Antoni Mas, "en los municipios donde se han hecho campañas de colocación del chip se nota menos incidencia de entradas sin el dispositivo, pero no es una regla fija". De hecho, la teniente de alcalde de Inca, Rosa Tarragó, confirma que "el año pasado se hizo en la ciudad una campaña de implantación en colaboración con el Colegio de Veterinarios. Se han hecho muchas otras campañas informativas y de concienciación, pero aun así la índice de perros con chip ha bajado tres puntos en un año". En Inca ha pasado del 24% al 21%.

Tarragó ha tomado una determinación contundente que se pondrá en funcionamiento en breve. La edil anuncia la creación de una patrulla compuesta por un policía y por un técnico medioambiental cuya función será la de "inspeccionar perros".

Inspectores

Tarragó sostiene que "por desgracia, la realidad nos indica que muchas veces es necesario pasar de los consejos y buenas palabras a las sanciones y mano dura. Este es el caso". La patrulla efectuará rondas periódicamente en parques, jardines y lugares que sean susceptibles de encontrar perros paseando. Los aguaciles solicitarán a los dueños la documentación del animal. Comprobará que se le hayan administrado las vacunas obligatorias y procederá a inspeccionar si llevan chip mediante un lector electrónico. En caso negativo se procederá a denunciar a los infractores.

Los animales abandonados están siendo un grave problema. Tal es así, que Natura Parc ha quedado pequeño. Mas explica que "el problema es tan grande que hemos tenido problemas e incluso hemos recibido quejas de ciudadanos porque el espacio se nos quedaba pequeño ante el volumen que atendíamos". Natura Parc se ha visto obligado a afrontar una inversión de 80.000 euros en construir una perrera homologada para atender la demanda de la recogida.

Algunos municipios grandes tienen un servicio propio, pero la mayoría de los de la Part forana no dispone de recursos. Por ello, la fundación Natura Parc ha tomado la iniciativa. El centro de recogida y adopción tendrá cabida para 150 animales y comenzará a operar el mes próximo.