La firma Fet a Sóller, junto con los herederos de Adela Oliver, creará un museo industrial en las instalaciones de la fàbrica Nova cuya inversión ascenderá aproximadamente a dos millones de euros y abrirá sus puertas al público en un plazo inferior a los dos años.

El proyecto fue presentado ayer por Franz Kraus, el empresario de Fet a Sóller, y Javier Oliver, representante de la familia propietaria del edificio, que explicaron cómo una vez en funcionamiento la instalación remozada llegará a generar unos 50 puestos de trabajo directos.

Estas son las principales cifras de un proyecto totalmente nuevo con el que pretenden acabar con el proceso de degradación del edificio que alberga la última fábrica de tejidos que permanece intacta en Sóller desde su cierre en 1971, tal y como informó este periódico recientemente.

Kraus y Oliver explicaron que el proyecto fue presentado días atrás a los representantes del Ayuntamiento (tanto a los del equipo de gobierno como a la oposición) y añadieron que creen que la institución municipal "echará una mano" con el objetivo de impulsar este novedoso proyecto museístico e industrial en la localidad.

El plan tiene una vertiente industrial porque, además de un museo que repasará la historia de Sóller desde la Revolución Industrial hasta el siglo XXI, la Fàbrica Nova acogerá en su interior parte de las instalaciones de Fet a Sóller.

Dimensión exterior

Esta marca comercializa a través de internet a clientes finales de 16 países europeos productos manufacturados en el municipio.

La compañía se dedica a la exportación de los helados Sa Fàbrica de Gelats, naranjas, aceite, aceitunas, licor, confituras, ensaimadas y otros productos del ramo agroalimentario del valle.

Por otra parte, desde el punto de vista estrictamente museístico, la fàbrica Nova repasará la industria que ha habido en Sóller a lo largo de su historia, desde la que se dedicaba a la fabricación de gas, a la de electricidad, pasando por la ferroviaria e incluyendo la producción textil o la elaboración de productos agroalimentarios.

En declaraciones a este medio, el empresario se mostró convencido de que el museo "es totalmente viable", toda vez que recordó que se trata de "un proyecto con perspectivas de negocio y de imagen para nuestra marca" por lo que se muestra dispuesto "a asumir el riesgo de impulsarlo, por lo que no va a costar nada a la sociedad".

Colaboración institucional

El desarrollo del proyecto museístico necesita forzosamente la colaboración institucional para salir adelante.

Así, por un lado, el ayuntamiento de Sóller deberá someter a aprobación del pleno su renuncia sobre el 50% de la propiedad del edificio. Tanto Kraus como Oliver comentaron que "el ayuntamiento no se opondrá a ello".

También necesitará la colaboración municipal y del Consell de Mallorca para modificar el Plan General y permitir los usos ahora proyectados para el edificio que actualmente está catalogado como equipamiento.